Kurogane - Tumblr Posts
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3. Yuan Ka Fai - Tales of Symphonia
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1. Kurogane - Tsubasa: Resevoir Chronicle
Sweaty Crafters
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So before we get into this I do want to say that if this is not your cup of tea I have a Kurogane Valentine’s day post following this one that’s much more wholesome. If you don’t feel comfortable reading this one don’t worry there is another post on the way.
I wrote this out for a few reasons- as a thank you gift for a friend mainly for a post that should be happening within the next couple of days that I’m sure a lot of you will enjoy. I wanted to take on something outside of my comfort zone and see if I can write it well. Furthermore LifeWonders has been pushing a Crafter agenda and I just came to the conclusion that the Crafters’ would fit into this sort of scenario given their main hobbies.
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when you can't afford to use level/skill seeds
Kurogane-senpai 🔨
Rebasando dimensiones
Anime: Tsubasa Reservoir Chronicle
Rating: M
Pareja: Kurogane & Tomoyo
Sinopsis: One-shot. Él quería quedarse en su mundo, más no podía. Pero amaba a esa mujer y por ello. . . sabía que el sentimiento estaba más allá de las dimensiones mismas.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Tomoyo no pudo evitar que una sutil sonrisa le adornase el rostro.
Kurogane por fin había regresado a este reino. Y estaba tan cambiado, a pesar de su expresión exasperada, el hombre sentado frente a ella no era el mismo de antes.
Su sonrisa se tornó triste, mientras veía la divertida escena de una discusión entre Kurogane y Fai. Y ni que decir de la pequeña Mokona que siempre lo hacía enfurecer.
A pesar del daño que le hizo, él era feliz. La verdad es que la princesa estaba celosa; conocía a ese guerrero mucho más que sus compañeros de viaje y nunca pudo hacerlo sonreír cómo ellos. Kurogane siempre se había mantenido inexpresivo, y ahora...
* Oye Kuro-guauko, partimos mañana, no es cierto?. *
* ¿Para qué preguntas si ya lo sabes?. *
Tomoyo alzó la mirada con sorpresa. Creía que el ninja se quedaría en este reino, pero él pretendía seguir el viaje junto con sus nuevos amigos.
* Entonces. . . * _La voz de la jovencita de largos cabellos parecía quebrarse._ * ¿te vas?. *
* Por supuesto, aun no encontramos todas las plumas de la chiquilla, además. . . no podrían sobrevivir sin mi. *
* Entiendo. *
Tomoyo volvió a bajar la mirada, resignada y sin ser capaz de decir nada más por el resto de la cena.
Cuando todos se retiraron a sus habitaciones, la princesa caminaba por los pasillos del palacio; buscaba a Kurogane, pero se acobardó a mitad del camino.
Grande fue su sorpresa al encontrar al muchacho frente a la puerta de su recamara.
* No te vayas. *
Kurogane se giró sorprendido al escuchar esas palabras.
Resignado, estaba a punto de retirarse y volver a su habitación y dormir, cuando escuchó esa voz a sus espaldas. Era la princesa, quien no pudo contenerse más y le pedía que se quedase.
* Es mi deber. *
Le dijo él con expresión seria, retomando su camino, más la joven de largos cabellos le sujetó la capa con sus pequeñas manos, suplicante.
* Onegai. *
El guerrero se quedó helado al escuchar la voz apagada de su princesa, se giró a verla, pero hubiese preferido no hacerlo. . .
Lagrimas saladas resbalaban por las suaves mejillas de la niña mientras sus lindos ojos reflejaban la tristeza y el dolor en su corazón.
* No puedo y lo sabes. *
* Gomen nasai. . . lamento haberte enviado con Yuuko, y aunque se que me odias por eso, por favor no te vayas. . . *
La voz de Tomoyo sonó desesperada.
Lo sabía, lo entendía muy bien, Kurogane la aborrecía por exiliarlo del reino y condenarlo a vagar de mundo en mundo hasta volver al suyo. Se arrepentía tanto y ahora que él estaba aquí con ella, no quería dejarlo ir.
Enviarlo con la bruja de las dimensiones fue una decisión muy difícil pues ella lo quería y fue quien le infringió esta carga, este castigo.
El ninja apretó fuertemente los puños.
* Yo no te odio. *
El hombre quería quedarse en su mundo, pero no podía. ¿Cómo hacerla entender?.
* Ai shiteru. *
Tomoyo se llevó las manos a la boca, cómo si hubiese dicho algo indebido. Kurogane le clavó la mirada, sorprendido e incluso incrédulo. La princesa no pudo más por lo que, apenada, sollozó y se apresuró a su habitación, siendo seguida por el ninja.
* Lo siento, no sé que me pasa ni lo que digo, por favor olvídalo. *
Pero a pesar de sus palabras, las lagrimas parecieron tomar fuerza, delatándola.
Entonces, con delicadeza, Kurogane la hizo girarse, esos preciosos ojos negros le regalaban lagrimas que el no merecía; sus suaves mejillas se encendían en rojo, arrepentida y avergonzada por lo que sus palabras habían provocado. . . y su dulce boquita temblaba ligeramente, invitándolo a calmarla.
El guerrero no pudo soportarlo más y asaltó aquellos labios, devorándolos con los propios, brusco y fuerte y sin embargo, dulce y embriagador.
Con su cuerpo, el ninja cubrió la pequeña figura de la princesa, perdiéndose en su fragilidad y su pureza.
* E-espera, ¿qué haces?, no podemos. . . *
Pero el muchacho no pretendía soltarla esta vez.
Lo había apartado de su lado, lo condenó a vagar por incontables dimensiones y no le permitió protegerla, cómo era su deber.
Mañana partiría y estaba consciente de que quizás no volvería a este reino y no la vería de nuevo.
¿Cómo le pedía detenerse?. No podía, no quería. . . la necesitaba y necesitaba en verdad una razón para volver a su lado.
Así que los intentos de la princesa por frenar la pasión de su guerrero fueron vanos, pues este la besó con tal pasión, que al poco tiempo yacían en el futon, él sobre ella, recorriendo su frágil silueta por encima de las finas ropas.
La mente de Tomoyo era un caos de pensamientos en los que Kurogane era el protagonista. No podía apartar la mirada de su atractivo rostro, su seriedad y su frialdad no combinaban con sus manos que la quemaban exquisitamente.
Solo la refrescante brisa que entró por el balcón le hizo saberse desnuda ante aquel guerrero, su guardián.
El rojo volvió a sus mejillas mientras su corazón se aceleraba. ¿En verdad lo harían?, la tomaría para dejarla después?.
* Y-y no sé. . . *
La voz de la princesa se apagó y Kurogane le tomó la mano, besándole la palma, luego el brazo hasta llegar a sus hombros, recorriéndole el cuello, la barbilla. . . sus labios.
La atrajo más hacia su cuerpo, aferrándose a su pequeña cintura. Entonces, con manos temblorosas, Tomoyo lo despojó poco a poco de sus ropas.
Ante ella, el perfecto cuerpo de un hombre esculpido por las innumerables batallas. Cada duro músculo le parecía perfecto, bajó un poco la mirada, sonrojándose ardientemente.
Su pene, grande y grueso, había cobrado vida gracias a los besos y tiernas caricias de la princesa.
Tomoyo se avergonzó y volvió a subir la mirada para luego llenarle de besos el rostro, desesperada, ansiosa.
Robó y dejó que le robaran el aliento, frotando su tibio cuerpo contra el del ninja. Suspiros y jadeos se escucharon en la habitación.
Era tan mágico, tan hermoso que la princesa se encontró rogándole al cielo por que este momento fuese eterno. Más sus pensamientos se desvanecieron de golpe al sentir cómo las caricias llegaban a sus pechos pequeños y poco después a su intima flor.
* Ohh, Kurogane, nnooo !!. *
La joven arqueó su espalda al sentir cómo los dedos de su amante jugaban y se escondían una y otra vez en el interior de su vagina, explorando, palpando y apremiando.
Tomoyo se llevó las manos a la boca, tratando de acallar los gemidos que se le escapaban, pero era inútil. Pequeñas lagrimas resbalaron de sus ojos, Kami, quería más, mucho más. Todo el placer que este hombre le pudiese dar. . . lo quería todo, lo quería a él.
De un momento a otro, la princesa se hallaba meciendo las caderas, ondulando, buscando un poco más de aquella atrevida caricia que la llenaba de gozo.
Se aferró al ninja, susurrando su nombre mientras aquella pequeña caricia la recompensaba con un orgasmo. Kurogane mantuvo sus dedos en la vagina de la chica, queriendo complacer a su princesa, quien lo recompensó con besos suaves en todo el rostro, en su boca.
Tomoyo estaba cansada y esto apenas iba a comenzar.
Kurogane la sentó sobre sus caderas, frotando suavemente su hombría con la línea vaginal de la chica.
Los ojos de Tomoyo se opacaron, mitad lujuria, mitad tristeza y amor.
* En verdad puedo?. *
* Hazlo !!. *
La princesa suspiró su respuesta para luego tomar el rostro del ninja entre sus pequeñas manos y besarlo con pasión, abrazándolo con todas sus fuerzas; gimió llena de gozo al sentir cómo la penetraba poco a poco.
Y se mordió el labio inferior cuando algo dentro suyo se hubo desgarrado y cálidas lagrimas resbalaron por sus mejillas, pero escuchar el ronco gemido de Kurogane era pago suficiente para su dolor.
* Gomen nasai. *
* S-si esto compensa de alguna forma la humillación y el sufrimiento que te cause al condenarte a ese viaje, entonces yo. . .*
* No, no lo digas. *
Los ojos del guerrero se dilataron con horror. Él nunca, jamás le haría daño por simple venganza. ¿Cómo podría?.
* Yo te amo. *
Nuevas lagrimas nacieron de sus negros ojos.
La alegría que le producían esas palabras. . . una hermosa sonrisa deslumbró al muchacho, quien inició un lento y suave mecer de caderas, negándose a seguir lastimando a su princesa, su diosa.
Ya no lo haría de todas formas, el dolor se había ido para dar paso al delicioso placer que abrazó el frágil y pequeño cuerpo de Tomoyo.
* Exquisita. *
Le susurró él al oído, aumentando la fuerza de sus embestidas.
Su princesa lo había sumergido en un mundo perfecto en el que solo existían ellos dos. Y quería oírla gritar su nombre.
La sujetó con fuerza por las caderas mientras refregaba su miembro contra la vagina de su amada, al tiempo que sus labios se saciaban del mero gozo de beber de sus senos, sentirlos, acariciarlos, enterrar el rostro en ellos sin querer apartarse jamás.
* Te amo, Kurogane, tanto que. . . *
La princesa le confesó de nuevo sus sentimientos cuando el placer fue tanto que la obligó a arquear la espalda, entregándose al éxtasis.
Fuertes y constantes pulsaciones aferraban el pene dentro suyo mientras las lagrimas resbalaban por sus mejillas. Necesitaba expresar el infinito gozo que abrazaba a su cuerpo. . . el fuego que la quemaba por dentro era hermoso.
Se sintió desfallecer por el orgasmo que la había dejado agotada.
Más apenas pudo escuchar la ronca voz de Kurogane que le decía que la amaba, una y otra vez sin dejar de penetrarla con fuerza para llenarla con su esencia. . . caliente, abundante. . . delicioso.
Tomoyo no supo de nada más por unos instantes, estaba agotada, extasiada y satisfecha.
Esperaba que al abrir los ojos él ya no estuviera a su lado, que se marcharía una vez completada su venganza, cómo le pasó tantas veces en pesadillas; ese era su mayor temor, que él le hiciera el amor y luego la desechara.
“”No es más que el castigo que merezco.“”
Pensó. Pero grande fue la sorpresa y su alivio al verlo a su lado, no solo abrazándola, sino también acariciando sus largos cabellos.
* Estás aquí. *
* Solo hasta el amanecer. *
Tomoyo curveó sus cejas con tristeza. Así que después de esta maravillosa noche, él se iría y se había quedado para echárselo en cara.
Se mordió el labio pues las lagrimas se empujaban unas a otras, empezando a escapar de la prisión de sus ojos.
* ¿Me esperarás?. *
Ella abrió desmesuradamente los ojos, liberando las lagrimas.
Las palabras del guerrero la habían tomado por sorpresa. Una linda sonrisa se formó en su rostro mientras el ninja le secaba las lagrimas y afirmaba en silencio.
Volvería a su lado así tuviera que amenazar a la bola de azúcar para que no lo dejase a la deriva en algún otro mundo.
Tomoyo se refugió en el fuerte pecho del guerrero para rato después ser vencida por el sueño.
“”Esperaría una eternidad.””
Fue lo último que cruzó la mente de la princesa.
Kurogane la contempló mientras dormía, si no fuese por ella no habría conocido a sus amigos, ni estuviese viviendo aquella aventura que lo llenaba de vida.
No la odiaba, nunca podría, él al amaba y sabía que el sentimiento estaba rebasando las dimensiones mismas, literalmente.
Sonrió, por primera vez en su vida, desde que sus padres murieron, tenía un lugar a donde regresar, al lado de la mujer que lo había obligado a jurarle lealtad y a quien él, en silencio, le juró amor eterno.
Finalizado.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
ADORO esta pareja. Sinceramente Tomoyo nunca fue un personaje que me interesara... hasta ahora, pero hay que darle las gracias a Kurogane ^0^.
Cómo sea, no sé si él regrese a su mundo, así que tuve que hallar una forma de unirlos.
Por supuesto, que este no será el único fic que haga de este par.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 29 de Marzo de 2007.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Otro hombre así como él... para mí
Anime: Tsubasa Chronicle.
Rating: M
Pareja: Kurogane & Tomoyo
Sinopsis: One-shot. Fue entonces que la Tomoyo de Piffle despertó sumida en la tristeza y la impotencia. Un par de lágrimas rodaron por sus mejillas; una pregunta la asaltaba: ¿acaso habrá un Kurogane, en esta dimensión, para mí?.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
* ¿Por qué lo hiciste?. *
La voz que entonó aquella pregunta era una mezcla de celos, odio y dolor.
¿Por qué?, ¿por qué?. La princesa simplemente no lo podía entender. La Tomoyo de Piffle, por otro lado, no podía ocultar la pequeñísima, aunque soñadora, sonrisa que le iluminaba el rostro.
* Fue tan... hermoso, en verdad maravilloso !. *
La joven suspiró profundamente ante los recuerdos de una noche que no debió ser.
La princesa del Japón feudal apretó sus pequeños puños y se mordió el labio mientras su contraparte seguía soñando despierta, sus ojos brillando con intensidad, admirando el infinito.
Por dios !, que la dejase disfrutar de esto, ¿acaso no estaba en su derecho?. Solo fue una noche, en cambio la princesa lo tendría por siempre cuando todo esto terminara.
Tomoyo cerró los ojos justo en el instante en que sus mejillas se matizaron rojas, recordando cada beso, cada caricia, cada precioso segundo que compartió con ese hombre.
Extrañamente la reacción del viajero al verla en su habitación era lo que más se aferraba a su mente, haciéndola sonreír ampliamente pues fue una situación por demás graciosa.
* ¿Qué demonios haces aquí?. *
Le había preguntado el guerrero, escandalizado y sorprendido por la presencia de esa jovencita.
Kurogane se apresuró donde la chica, tan solo para tratar de sacarla a empujones, con no muy buenos resultados ya que la mujer rio jovial, causando estragos en él.
* Él es un poco grosero, ¿cierto?, pero creo que es una forma de ocultar su frialdad. *
La princesa giró su mirar. ¡Kami-sama!, era enfermizo tener que admirar lo radiante que esa mujer estaba, feliz a costa de ella.
Tomoyo se estremeció al recordar como prácticamente se le ofreció a ese hombre, proponiéndole, pidiéndole que la dejase pasar esa noche a su lado para luego arrojarse a sus fuertes brazos, y lo besó. . . insistente, casi con desesperación, rogando con sus labios algo casi imposible.
* ¿Q-qué crees que haces?... estás loca?. *
* Sí, loca por ti. *
La jovencita de largos cabellos rio divertida, en parte por sus propias palabras, pero también por lo escandalizado que estaba ese hombre.
* Kurogane, está usted muy tenso, debería relajarse... yo puedo ayudarlo. *
El ninja apretó los dientes con furia.
Esa mujer era demasiado atrevida como para ser una niña.
* Estás ebria, creo que bebiste de más. *
Era probable que el guerrero intentase creer sus propias palabras, ya que ni la misma chiquilla se creía esa basura. Como sea, la joven se aferró a él, pero ese hombre no sabía lo que es la delicadeza y le sujetó las muñecas de forma brusca. Dolía; Tomoyo jadeó y cerró los ojos, él la estaba lastimando. Kurogane la soltó de pronto, dejándola caer sobre el piso, horrorizado por su rudeza.
* Gomen nasai !!. *
Susurró el guerrero, arrodillándose frente a ella, lo que la joven aprovechó para aferrarse a él de nuevo y besarlo.
* Onegai, dame esta noche. *
* ¿Nani?. *
* Tú te irás y yo... quisiera hacer algo contigo, algo para recordar. *
Serían sus extrañas palabras o la voz suave y hasta dulce con que le hablaba, lo que fuese desarmó por completo a Kurogane, quien no se resistió a un nuevo beso por parte de esa chiquilla atrevida.
* Basta, no quiero saber más. *
La princesa Tomoyo temblaba de ira. Quería, quería borrarle la sonrisa de felicidad a esa maldita mujer, a esa ladrona; Kurogane era suyo, su guardián, suyo, solo suyo.
Ella no tenía porque haber intentado nada con ese hombre; ese reflejo suyo no era más que una ladrona.
De pronto, la joven empresaria lanzó un pequeño gemido; el recuerdo era tan vivido.
Cuando las ropas quedaron olvidadas en el piso y ellos yacían en la acolchada cama; solo el sonido de suspiros y besos húmedos era lo que reinaba en la habitación, pero cuando el contacto piel con piel se tornó más intenso, los jadeos abandonaron la habitación para ser escuchados por todo el lugar. ¡Qué importaba!, allá abajo todos estaban ahogados de borrachos y Sakura dormía profundamente. Al parecer, solo ellos dos sabían beber adecuadamente.
Tomoyo le había permitido al ninja que su lengua entrase en su pequeña boca, causando sensaciones inimaginables. La humedad, el cosquilleo que producía, incrementaban el deseo entre ellos, en especial el de la chiquilla, cuyas suaves y pequeñas manos se deslizaban ansiosas por el esculpido cuerpo del guerrero, desplegando caricias que, más que tímidas, eran atrevidas.
* Tsk. *
* ¿Pasa algo?. *
La jovencita se preocupó al ver la mueca de dolor que le mostraba el viajero. Tomoyo dobló las cejas con tristeza, sujetando la mano del ninja entre las suyas, depositando un delicado beso en esta. Esto era su culpa y ella se sentía tan mal.
Kurogane no supo describir el impulso de sujetar con brusquedad a la chica para luego aprisionarla bajo su pesado cuerpo. Ese acto de la niña solo había logrado encenderlo en deseo, sin embargo, se tomó un segundo para admirarla.
""Es idéntica a mi... a la princesa.""
Kurogane suavizó su expresión, sabía que esto que hacía no era correcto. Era un engaño, pues si bien físicamente eran idénticas y hasta profesaban que el alma era exactamente la misma, lo cierto es que él estaba perdidamente idiotizado por la princesa de su mundo y ni siquiera una contraparte de esa mujer iba a cambiar ese hecho, era imposible.
Esto era un juego cruel, para esta chiquilla loca, para él y por supuesto para su princesa; esto era una traición, ¿cómo iba a verla a la cara cuando volviese a su mundo?.
El muchacho se mordió el labio inferior; sería mejor dejar de torturarse y terminar con esto. Ante este pensamiento, el ninja intentó pensar que estaba con Tomoyo-hime. . . y resultó. . . tan fácil. Se creyó la mentira.
Sus toscas manos recorrieron la frágil silueta femenina, delineando las sutiles curvas, oprimiendo la blanca carne; los pequeños senos se perdieron bajo las palmas del ninja, quien los apretaba con cierta brusquedad, pellizcando los sonrosados pezones y haciendo gemir a la jovencita.
Ciertamente era estimulante para Tomoyo ser tocada de esa forma y por ese hombre, más lo que hasta ahora había experimentado no se comparó al sentirlo de pronto explorando su vulva.
La chica se arqueó sobre la cama, más mantuvo los ojos bien abiertos por la sorpresa; Kurogane le mandaba dos dedos a intimidad, acariciando, estimulando. De cierta forma era incomodo y hasta vergonzoso, pero igual le estaba brindando placer, prueba de ello fue que su vagina poco tardó en mojarse, lista, no!. . . deseosa por recibir al duro y caliente intruso que pronto vendría.
La mujer en verdad creyó que este era el momento, que él entraría en ella, pero en cambio sintió ese par de dedos, antes dentro suyo, ahora tallándole el clítoris. Kurogane se sentó sobre la cama e hizo a la chica sentarse frente suyo aunque de espaldas a él, todo sin dejar de rozar aquel botoncito de carne con sus dedos.
Tomoyo cerró los ojos y recargó la cabeza en el musculoso pecho del ninja; su boca estaba seca de tanto gemir, pero sentía tanto placer; no quería que esto terminase.
* Ohh, Ku-Kurogane !!... *
La jovencita no pudo hacer nada contra los expertos dedos de ese hombre y terminó rendida ante él en un intenso orgasmo. Ella giró el rostro a un lado, buscando nuevamente los labios del ninja para ahogarse en ellos mientras el gozo y sus fluidos se desbordaban de ella.
* ¿Cu, cuándo se te puso así de duro?, ¿es por mi?... me hubiese gustado ver, ahhh... *
Las palabras de la joven eran tan entrecortadas y su respiración agitada. El sentir el miembro viril de su compañero hizo que su sexo se mojase aun más.
Y en medio de tanto placer, el guerrero la elevó y la hizo descender sobre su pene, tranquilo pero sin detenerse hasta clavarse totalmente en el cuerpo de aquella niña. Tomoyo se mordió el labio, soportando el dolor; aunque reprimía los sollozos, no fue igual con las lágrimas que caían libremente por sus rosadas mejillas.
Un hilillo de sangre escurría de entre sus piernas, pero ni así se detuvo, al contrario, pedía más y más a ese hombre, que se moviera fuerte, que la partiese en dos.
El dolor pronto se desvaneció, dando entrada al placer.
Kurogane sujetaba a la chica por los muslos, haciéndola subir y bajar sobre ese miembro suyo, tan grande y caliente, duro, grueso. . . La expresión de la chica también cambió, la angustia se había ido y era ahora una sonrisa la que iluminaba su lindo rostro.
* Motto, motto... mmm... *
La voz de la chiquilla era un ir y venir de gemidos y jadeos, anhelante de aquel increíble gozo que la estaba dominando al grado de no necesitar la ayuda de su compañero y ser ella la que prácticamente brincaba sobre aquel pedazo de carne, clavándoselo una y otra vez. Estaba exhausta pero igual continuaba meciendo las caderas, era como si la jovencita fuese movida por la lujuria y la pasión; se acariciaba a si misa, tratando de obtener más placer y conforme el calor se hacía más intenso, sus manos viajaban intranquilas de sus pechos al pequeño clítoris, acariciando, apretando, tallando con fuerza, casi con necesidad.
El ninja estaba atrapado por la sensación de aquella suave y cálida piel intima de la jovencita y se perdió en esta sensación; empujaba con desesperada fuerza las caderas, de arriba hacia abajo, haciendo que su pene entrara y saliera del cuerpo de Tomoyo, bombeando con desesperación.
La chica no pudo más y fue presa de un tremendo éxtasis gracias a ese hombre y su poderosa herramienta sexual. Su vagina vibraba, palpitando, estimulando el pene de su compañero y enloqueciendo a este.
Kurogane apretó los dientes, esa chiquilla lo estaba torturando, las pulsaciones de su sexo eran fuertes y lo estimularon de tal manera que solo fue capaz de enterrar su pene unas tres veces más antes de que un orgasmo lo obligase a regar su esencia dentro de la mujer.
Fue hasta entonces que el guerrero se arrepintió de sus actos.
""No es ella.""
Pensó justo antes de sacar su virilidad de la intimidad de la chica y salir luego de la habitación con sus ropas en la mano, dejando a la joven de largos cabellos respirando agitada, pero con una sonrisa adornándole el rostro.
* Creo que está apenado. *
Se decía la chica, abrazando una almohada, sin saber que el ninja en realidad estaba arrepentido y horrorizado pues en ese momento se sentía y sabía traidor de la fidelidad hacia su princesa, ya que cuando él hizo el juramento de protegerla, se juró a si mismo que esa niña sería la única en su vida. Y no importaba que esas niñas fuesen idénticas, esta no era su Tomoyo-hime.
¿Qué clase de hombre sería él si se enredase con cada Tomoyo que se encontrase durante su viaje?: un maldito, nada más.
* Ahh... ¡ fue hermoso !. *
Ya en el presente, la Tomoyo de Piffle se arqueó sutilmente sobre su cama, como si en ese preciso momento volviese a sentir el éxtasis que ese hombre le regaló.
* Te pedí que los ayudaras, no que te le echaras encima a mi guardián. *
* ¿Tu guardián?. *
* Sí, mío, solo mío, recuérdalo porque cuando él regrese a Japón, te borraré de su cuerpo y de su memoria. No serás más que un trago amargo que él terminará por olvidar. *
Fueron las crueles palabras de la princesa, quien desapareció entre penumbras.
Fue entonces que, agitada, la Tomoyo de Piffle despertó sumida en la tristeza y la impotencia, pues sabía que lo que su contraparte dijo era la pura verdad.
Un par de lágrimas rodaron por sus mejillas al tiempo en que una pregunta la asaltaba. . .
* ¿Acaso habrá un Kurogane en esta dimensión... para mí?. *
Finalizado.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
No quise quedarme con las ganas; esta Tomoyo en especial se notaba muy preocupada por Kurogane. Aunque me presioné un poquito para terminar el fic ¬¬'.
Siento no incluir las separaciones entre los recuerdos y el presente en el que ambas Tomoyo discuten.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.
Totalizado el 21 de Abril de 2008.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Fai: I don't think we can mansplain, manipulate, or malewife our way out of it this time.
Kurogane: Manslaughter it is.
For some drawing practice I did some panel redraws from the Tsubasa Chronicle Manga. Bottom right corner is from the TsubasaPanelRedraw Event from the Tsubasa Discord Server!
What are your HCs for Kurofai? :)