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Dress --Captulo 5--
Dress --Capítulo 5--
Anime: Bleach
Rating: M
Pareja: Ichigo & Rukia
Sinopsis: Ichigo Kurosaki nunca esperó que a la loca Orihime se le ocurriese la "grandísima idea" de prestarle su novio a una mujer todavía más loca. Su novia lo estaba cambiando por un estúpido vestido.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 5 ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
Kuchiki se preguntaba: ¿cómo había terminado allí?.
Con la mirada fija en el licor dentro de su copa, no podía dejar de pensar que había cometido un error al aceptar la invitación de ese hombre, quien por cierto tenía una expresión totalmente distinta a la de su compañera, pues sonreía triunfante, satisfecho e incluso complacido con la compañía de la mujer.
* Te estás haciendo la difícil, Rukia. *
Ella alzó el rostro entonces. Ichigo fue muy atrevido al decir aquello, pero debía admitir que él tenía razón.
Kuchiki evadió toda invitación que le hacia el pelinaranja, por miedo, por vergüenza o por simple capricho, ya no importaba, como quiera que sea, a fin de cuentas ella terminó cediendo.
""Porque se lo debo.""
Se decía mentalmente la jovencita, tratando inútilmente no solo de justificarse, sino también de convencerse a sí misma.
Distraída, Rukia dejó la copa de vino sobre la mesa, siendo su mano inesperadamente atrapada por la del muchacho junto a ella.
Kuchiki se sobresaltó sutilmente, sintiendo el escalofrío que ese simple contacto provocó en ella, sin mencionar la sucesión de imágenes en su cabeza. . . imágenes de la noche vivida con ese hombre.
La chica intentó retirar su mano, más Ichigo, lejos de darle un espacio, se tomó al libertad de entrelazar sus dedos al tiempo en que le dedicaba una linda sonrisa que la desarmó totalmente.
Las mejillas de la joven se tornaron levemente rojas, ella lo sabía y se odió por ello.
""Parezco una colegiala.""
Pensó y tuvo que lidiar con esa situación por una hora más hasta que no pudo más, especialmente porque Kurosaki estaba totalmente ebrio.
Rukia pensó que era el pretexto perfecto para dar por terminada la velada, pero no podía dejarlo conducir en ese estado.
La mujer se maldijo por el jodido sentimiento de culpa. Suspiró resignada.
* Te llevo a tu casa. *
* ¿Mi casa?. . . amm. . . no recuerdo donde queda, jaja. . . *
La pelinegra cerró los ojos al tiempo en que su boquita formaba un puchero.
Ese hombre no podía estar tan borracho. . . ¿o sí?.
""Debí contarle las copas.""
Pensaba, reprendiéndose por no hacerlo, pero ya no importaba.
Rukia tomó su bolsa y abandonó el restaurante, llevándose a su compañero casi a rastras.
~*~
~*~
~*~
¿En qué maldito momento pensó que era una buena idea traerlo a su departamento?. ¡ Estaba loca !.
* Debí sospechar que querías estar a solas conmigo, enana. . . yo te gusto, ¿verdad?. *
La chica torció la boca, furiosa con las estupideces que decía el muchacho.
* Ichigo, estás borracho. *
* ¿Qué te hace pensar eso?. *
Ella arqueó una ceja. ¿Por dónde comenzar la larga lista de obvia razones?. Rukia prefirió no responder.
* Date una ducha y duerme. *
* Buena idea !. *
Inesperadamente, el pelinaranja tomó entre sus brazos a la pequeña chica, llevándola hasta la ducha.
* ¿Qué crees que haces?. *
* Duchémonos juntos. *
* ¿QUÉ? !!. *
La voz del muchacho había dejado de ser alegre y entrecortada. Rukia alzó el rostro, también la expresión de ese imbécil había cambiado.
Sus miradas se cruzaron y supieron entonces que no podrían detenerse.
El Kurosaki la besó con fuerza y desesperación al tiempo en que entraba en la pequeña bañera y giraba la llave. De inmediato el agua comenzó a caer sobre ellos.
* Está fría !!. *
Kuchiki rompió el beso, abrazándose a sí misma, tratando de calmar los escalofríos que la recorrían. El chico sonrió, aquella había sido la llave equivocada, pero pronto corrigió su error.
* ¿Mejor?. *
* Casi !. *
Dicho esto, la pelinegra atrajo el rostro del hombre hacia ella, besándolo con inusitada dedicación. Era una sensación de necesidad lo que la llevaba a buscar los labios de ese hombre.
La ducha dejó de mojarlos una vez que la bañera estuvo llena de agua, entonces, Ichigo se sumergió lentamente, invitando a la mujer a acomodarse encima suyo.
Las ropas de Kuchiki se adherían a su frágil y exquisita figura, traslucidas, permitiéndole al Kurosaki ver más allá de lo permitido.
* ¡ Eres hermosa !. *
Ella parpadeó, como saliendo de una ensoñación.
Lo miró atenta en ese momento, él le regalaba una sonrisa tan amplia y linda que la derretía. Rukia supo entonces que realmente quería pasar la noche con este hombre.
Así que se sumergió lentamente hasta sentarse sobre el muchacho, con las piernas a los costados de él.
* Creí que estabas borracho. *
Le dijo ella, una vez frente a frente, una sutil sonrisa adornándole el rostro.
* Pero lo estoy. . . * _Le acarició la mejilla._ * Estoy borracho de deseo. . . por ti. *
Sus labios se unieron nuevamente, ahora en un beso más profundo y desesperado.
Las manos del Kurosaki comenzaron a recorrer el cuerpo de su compañera, delineándolo, memorizando cada curva, cada rincón. Era tan suave y a pesar de lo mojada, la sentía arder.
Entusiasmado, sus grandes manos no tardaron más en posarse sobre los pequeños pechos de la chica, haciéndola gemir entre uno de los tantos besos que se prodigaban.
* ¿Te gustó? *
* ¡ Mucho !. *
* En ese caso. . . *
La voz del muchacho sonó traviesa poco antes de deshacerse de las mojadas ropas de Kuchiki. . . luego las propias, que terminaron sobre el azulejo del cuarto de baño.
* Lo dije antes y lo digo ahora. . . eres hermosa !!. *
Ella sonrió con dulzura, mirando fijamente a su acompañante; podría acostumbrarse a eso. Aunque no dejaba de pensar que Ichigo decía todos esos halagos tan solo para tenerla.
""Está bien, por esta vez no me negaré.""
Pensaba, al tiempo en que se dejaba acariciar por el hombre cada vez más ansioso.
Una de las manos del pelinaranja viajó hasta el sexo de la joven, acariciando tranquilo, separando los pliegues hinchados y hundiendo su largo dedo medio.
* Ahh !!. . . ¡ no hagas eso !. *
La voz de Rukia emergió suplicante, más contrario a su petición, ella se arqueó llena de placer ante las traviesas y profundas caricias del muchacho, quien comenzó a meter y sacar su dedo, luego hundió otro más, duplicando el gozo de la mujer.
* Ahh. . . mmm !!. . . *
Entre jadeos, pronto la chica comenzó a ondular suavemente las caderas, acompañando las descaradas caricias de su amante, quien sonrió complacido sin poder apartar la mirada de los pequeños pechos de Rukia, que subían y bajaban según ella ondulaba las caderas.
Esa imagen que lo idiotizó y le hizo entender que necesitaba a esa mujer. Así que, de pronto y con cierta ansiedad, el pelinaranja retiró sus dedos del interior de la chica para luego tomarla por la cintura y abrazarla ligeramente, colocándola sobre su hinchada virilidad.
La mirada del chico se perdió en el pequeño sexo de su amante al tiempo en que frotaba la punta de su pene contra la línea vaginal de su compañera, delineando, separando los pliegues y penetrando sutil, para luego deslizar la punta de su miembro un poco más arriba, tallando el duro clítoris.
* Ahh, I-Ichigo, ya, ya no puedo, ya no puedo esperar. * _Él sonrió con total empatía. Así que se dejó de juegos y hundió lentamente su virilidad en la intimidad de Kuchiki._ * Ohh, s-sííí !!!. . . *
Rukia arqueó la espalda y echó la cabeza hacia atrás, disfrutando de este nuevo encuentro, de la invasión en su cuerpo.
Pronto, los amantes de hallaron moviendo las caderas agitados, con desquiciada necesidad.
La boca del Kurosaki se mantenía prendada de los sonrosados pezones que adornaban los senos de la pelinegra, y ésta misma a su vez, subía y bajaba las caderas, cada vez con más desesperación, casi brincando sobre el erecto pene del muchacho. Lo sentía entrar en ella totalmente, llenándola. Era demasiado placer y Rukia no podía reprimir los gemidos, ni tampoco el par de lágrimas que escaparon de sus ojos.
Ella perdió el sentido de las cosas, ya nada importaba, solo el hombre que la hacía suya de esta forma tan intensa y placentera.
Las toscas manos cubriéndole los pechos, la verga en su interior. Sus ardientes labios reclamando su boca. . .
Rukia ya no pudo más, eran demasiadas emociones como para asimilarlas todas, así que cerró los ojos mientras jadeaba sin control y arqueaba su cuerpo ante el fuerte orgasmo que la recorría, gritando el nombre del pelinaranja al tiempo en que su vagina comenzaba a contraerse con fuerza, apretando deliciosamente el pene del Kurosaki, cuya mano bajó hasta su clítoris, brindando más placer que ella ya no pudo soportar, prolongando su éxtasis.
Kuchiki sintió como si todo explotase en su interior; tal fue la fuerza de su orgasmo, que Ichigo pronto fue vencido por las pulsaciones de la vagina de la pelinegra, vaciando su semen en ella.
Respirando agitados, se abrazó a su amante, pegando totalmente su cuerpo, sin dejarlo apartarse de ella. . . aun él dentro suyo.
El silencio reinó por largo rato. . . al menos hasta que volvieron a mecer las caderas.
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Sigo sintiendo que el lemon está muy suavecito, ¿no?.
Y aun así, me imagino la escena de esta pareja en la bañera. . . y me sonrojo. . . su romance me emociona, pues ^v^ '.
_I LOVE ICHIRUKI_
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 09 de Julio de 2009.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Capítulo 6 ||
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Ai oboeteimasuka. Versión II
Anime: Macross / Robotech.
Rating: M
Pareja: Rick & Lisa
Sinopsis: DOS VERSIONES. Basado en la película, Do you remember love?. Antes de la llegada de la nave Macross a la tierra, Hikaru y Misa se demuestran cuan grande es su amor. Solos en el planeta azul.
Advertencia: Lemon (NSFW)
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Amor... ¿Lo recuerdas?.
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Por: Maeda Ai.
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Versión Bermellón.
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Rick Hunter y Lynn Minmay salieron a dar un paseo por el espacio. Lamentablemente ambos fueron secuestrados por los Zentraedi; Lisa Hayes, Lynn Kale y Roy Fokker También fueron capturados.
Durante un ataque Meltrandi, Roy muere, mientras que Lisa y Rick logran escapar y son transportados hasta el planeta tierra debido a un pliegue espacial.
Ambos soldados no tenían idea de que planeta era el que contemplaban, hasta que identificaron un portaaviones de las fuerzas unidas totalmente destruido.
Sí, aquel astro desierto y devastado por un ataque espacial, no era otro más que la tierra.
Los Zentraedi habían exterminado a miles de millones de personas en tan solo unos instantes.
Ahora la única esperanza era la llegada de la fortaleza Macross, la cual estaría en la tierra en un lapso de un mes. Mientras ese tiempo transcurría, Rick y Lisa recorrieron varias ciudades del planeta con los mismos resultados... todas estaban absolutamente destruidas.
La tensión de aquellos días ocasionaba ciertas discusiones entre ambos militares, los cuales terminaron por cesar al darse cuenta de que ambos tenían algunas cosas en común.
Un día divisaron una ciudad que flotaba en medio del inmenso mar, allí encontraron respuestas a como habían sido creados los seres humanos y como comenzó la guerra entre los Zentran y Meltran.
Mientras recorrían la ciudad que fue construida por alienígenas hacia ya miles de millones de años, sintieron la necesidad de regresar a su hogar; realizar actos cotidianos como comer en compañía de una familia.
Lisa, quien parecía estar más afectada, rompió en llanto ante la nostalgia que la invadía.
* Quiero irme a mi casa... con las demás personas. *
Dijo mientras se recargaba sobre la mesa de una de las casas de aquella semidestruida e inundada ciudad. Rick se conmovió al verla, por lo que tomo las manos de Lisa entre las suyas, dándole a entender que estaba bien lo que sentía en ese momento.
* Quédate conmigo. *
Le pidió, mientras las lágrimas recorrían insistentemente sus mejillas.
Hunter no entendió porque, pero sintió un gran deseo de estar junto a ella; enredo sus manos con las de Hayes para darse su primer beso, un beso tierno y relativamente corto.
Se abrazaron por unos minutos; Lisa no quería separarse de él, sentía que lo necesitaba para seguir viviendo y no sabia si esa sensación se debía a que eran los únicos seres sobre el planeta; que estaban completamente solos... pero lo único que deseaba era estar con él.
Lisa buscó nuevamente los labios del joven, encontrándolos dispuestos a unirse con los de ella.. Se besaron largo rato, en cada beso, en cada suspiro sentían más ansias de volverse a besar, hasta que los besos se volvieron más profundos y apasionados; algunos los dejaban sin aliento y aun así continuaban exigiendo más de aquella caricia.
Rick recordó que en cierta ocasión, Roy le había dicho que si quería a una mujer, entonces debía hacerla suya aun por la fuerza si eso era necesario.
Hunter decidió que las palabras de Fokker se referían a este momento; exceptuando utilizar la fuerza para que Lisa hiciera algo que no deseaba, después de todo el jamás obligaría a una mujer a hacer semejante sacrificio; además cuando Roy dijo semejantes palabras estaba bajo los efectos del alcohol.
El piloto guio sus labios hasta el oído derecho de la joven y comenzó a susurrarle palabras que en determinado momento fueron inaudibles para ella. Solo se limitaba a entrecerrar los ojos y abrazar con más fuerza al muchacho.
Rick tomó el cuerpo de Lisa entre sus brazos y la llevo a un habitación contigua, una recamara. La dejó recostada sobre lo que parecía ser una cama, dejando caer con suavidad su musculoso cuerpo sobre el de la mujer.
En pocos minutos, ambos estaban empapados; la ciudad tenía poco tiempo de haber salido a flote y por ello aun se mantenía mojado todo a su alrededor.
Eso no les importó; querían seguir, continuar con ese contacto entre ellos, contacto que los relajaba y les hacía olvidar todo el desastre en el que se habían visto involucrados.
* Te deseo, Lisa... quiero hacerte el amor. *
Aquellas palabras más que una confesión parecían más bien una suplica; sus ojos también suplicaban por una respuesta afirmativa. Lisa no decía nada, solo miraba con ternura al joven... Hunter tomo el rostro femenino entre sus manos y le dijo que nunca la obligaría a hacer algo que ella no desease.
Considerando que Hayes estuvo presente cuando Roy le dijo a Rick que debía hacer suya a una mujer aun por la fuerza, las palabras que acabara de decir Hunter eran muy reconfortantes para Lisa, quien dio una respuesta...
* Yo, yo también quiero hacer el amor... contigo. *
Rick sonrió agradecido y satisfecho con las palabras de la joven por lo que acerco el rostro de ella al suyo y le beso nuevamente.
Sus manos seguían posadas sobre el rostro de la mujer; hasta que lentamente las guio por toda la figura femenina que se encontraba a su entera disposición.
Recorrió cada centímetro, cada rincón de aquel cuerpo de mujer con sus ansiosas e inexpertas manos, hasta que se detuvo sobre los senos de Hayes.
Rick apretó con suavidad aquellos atributos femeninos sin detenerse por un rato; quería conocer el cuerpo de aquella mujer, aquella mujer que inexplicablemente se había clavado en su corazón de un solo golpe...
No, no estaba viviendo una aventura, en verdad se había enamorado de la teniente, de la que pensó no tenía sentimientos; no parecía humana en ese sentido... cuan equivocado estaba.
Hunter retiró, con algo de torpeza, el uniforme militar del cuerpo de Lisa. Poco rato después ambos se encontraban totalmente desnudos, mirándose con curiosidad y cierta vergüenza por la situación; era la primera vez para ambos.
Hayes tomó las manos de Rick y las guio hasta sus pechos; Hunter aun estaba un tanto nervioso, aunque esto no le hizo perder tiempo por lo que siguió recorriendo el cuerpo de la joven y deleitándose con el. Lisa también se encontraba un poco tensa, aunque no tanto como Rick, esto quizás se debía a que ella era un par de años mayor que él.
Volvieron a recostarse, comenzando el joven a llenar con besos el cuerpo de Lisa. Su rostro, su cuello... su senos, donde se detuvo por largo rato; deleitándose con desesperación.
En un instante los pezones de Lisa se pusieron duros debido a la excitación; abrazó la cabeza del chico, haciendo que el rostro del mismo quedase aprisionado entre sus brazos y senos.
Hayes ardió en un placer que nunca llegó si quiera a imaginar, mucho menos creyó que esa sensación tan inmensamente agradable pudiera dársela Rick, ese piloto novato que según ella no duraría nada en el ejercito pues le hacia falta la fuerza.
Ahora sabía que él disponía de la fuerza y valor que se requería en la milicia... pero más aun, la fuerza para amarla como nadie podía... como nadie más sería capaz.
Lisa cedió un poco en la fuerza de su abrazo debido al enorme gozo que sentía su cuerpo, esto le permitió a Hunter seguir recorriendo el cuerpo de la mujer, su vientre... su vagina.
Al llegar a ese lugar tan secreto y escondido, tan intimo de la mujer, le provoco un vuelco inmediato de sensaciones a la joven, la cual emitió un gemido relativamente corto.
Rick se llevó las largas piernas de la chica hacia sus hombros; Nuevamente Hayes colocó sus manos sobre la cabeza del joven, con lo que acerco más el rostro del chico a su entrada.
Hunter jugó un rato con el clítoris de la joven, haciendo círculos al rededor de aquel botón de placer. Lisa se retorcía gustosa ante la sensación que aquel chico le provocaba.
El muchacho se entretuvo buen rato con esa parte del cuerpo de Hayes; poco después comenzó a introducir su lengua en la vagina de la chica, queriéndola penetrar con la lengua.
A cada roce de la lengua de Hunter, a cada pequeño beso y suspiro que daba a la intimidad de Lisa, esta sentía una gran corriente de sensaciones placenteras recorriendo absolutamente todo su cuerpo.
Cuando Rick por fin se sintió satisfecho de probar los jugos vaginales de la mujer que deseaba, se reincorporo para besar largamente los labios de Hayes... era gracioso, hasta hacía un mes, ella no provocaba ninguna clase de sensación, mucho menos sentimientos en él y ahora... ahora lo estaba haciendo el hombre más feliz sobre la tierra... literalmente.
Eso era muy cierto, después de todo no había un solo ser humano, ni siquiera otra forma de vida en el planeta. Aquella estrella tan inmensa estaba siendo ocupada exclusivamente por ellos; y eso los hizo sentir más excitados en cierto modo.
La razón era simple: ellos solos estaban dándose vida mutuamente, además lo que hacían más que nada desde un punto de vista científico era preservar su especie, y vaya que urgía que la especie humana fuera preservada pues estaba casi en extinción.
Visto de esa forma, el planeta no se sentía muerto por que sus únicos habitantes hasta ahora... estaban vivos. El pensó en todo esto mientras seguía probando las profundidades de la boca de Lisa.
* Hace mucho, que no me sentía viva. *
De pronto Lisa interrumpió el silencio del lugar; sus palabras parecían hacer eco no solo en la isla sino también en la mente y corazón de Hunter.
Hayes, al ver la expresión interrogante del muchacho, le explicó que en el pasado se había enamorado de un joven del ejercito, pero este había muerto antes de que ambos pudiesen casarse. Desde entonces había dejado de considerarse una mujer apta para el matrimonio o cualquier otra relación amorosa o mínimamente cariñosa.
Por ello se comportaba de manera agresiva, distante y cortante con las personas... en especial con los hombres.
* Entiendo... eso sentí cuando Minmay fue secuestrada por los Zentraedi. Lo más seguro es que ella este muerta. *
Lisa lo miró con tristeza, en parte porque el aun recordaba a Minmay; también porque ambos compartían ese sentimiento de vacío y necesidad de amor.
Rick se disculpó por su comentario sobre Minmay. No sabia exactamente porque la había mencionado, quizá inconscientemente comparaba a Lisa con la cantante.
Pero si bien era cierto que hasta hace unos días la ganadora de aquella comparación hubiese sido Lynn Minmay, en esta revancha que les concedió el destino, la única e indiscutible ganadora del corazón de Rick era la misma Lisa Hayes, por eso estaban haciendo el amor en esos momentos.
Y todo eso fue resumido en un corto beso que Hunter le diera a la comandante.
Después de aquella corta conversación, él le preguntó a la joven si estaba lista para lo que venía; ella, con unas cuantas dudas sobre la situación, titubeó un poco en su respuesta para finalmente acceder nerviosa a la entrega total de sus emociones.
Hunter besó la frente de Lisa para poco después estrechar el cuerpo de la misma al de él. Con su miembro varonil ya bastante erecto, el chico se dispuso a entrar en el cuerpo de la joven.
Primero con movimientos lentos y torpes para comenzar con calma y abrirse paso entre los muslos de Hayes. Después de determinadas embestidas al interior de la mujer, el hombre sintió un obstáculo en su camino a la gloria que le prometía aquel cuerpo; la virginidad de Lisa.
Rick empujó con un poco más de fuerza al interior, rompiendo el himen de la chica y provocando con esto que ella dejara escapar un grito de dolor; un poco de sangre salía por la vagina de la mujer y algunas lágrimas recorrían el rostro de la misma. Hunter se detuvo un momento para no lastimar más el cuerpo de Lisa y para que esta se acostumbrara a tener dentro la mitad de la hombría del muchacho.
* Descuida, ya pasó. *
De pronto, la voz de la joven le indicó a Rick que no debía preocuparse, se había preparado para ese dolor y realmente no había sido tan intenso.
Hunter continuó con su entrada al cuerpo de Lisa, la cual se sobrepuso al dolor y comenzaba a experimentar una exquisita sensación de placer que fluía de su entrepierna gracias al miembro del chico, y de aquí, se expandía a todos los rincones de su cuerpo.
En aquel momento, Hayes le dio toda su voluntad al muchacho; en cada va y ven de los cuerpos, estos se sincronizaban en un baile con movimientos desesperados y constantes para unir sus figuras lo más posible. El ritmo se fue acelerando mientras ambos pedían más y más del compañero.
Sus respiraciones se veían interrumpidas por los gemidos de gozo que cada uno emitía sin poder evitarlo. Una vez que el ritmo alcanzó una sincronía difícil de mantener por ambos muchachos, y que el placer no podía ser retenido por más tiempo, ninguno de los dos soporto más y se colapsaron llenos de sensaciones un tanto difíciles de describir... eran tantas, amor, placer, ansias, dolor, cansancio, felicidad...
Lisa recibió de lleno el placer y terminó viniéndose en un mediano orgasmo, seguida por Rick, quien sacó su pene del interior de la chica y se vació en la boca de la misma.
Ambos se reincorporaron para poco después dejar caer sus cuerpos sobre la cama, completamente cansados pero llenos de felicidad gracias a la nueva vida que comenzaban, juntos.
~*~
~*~
~*~
La noche llegó a la deshabitada tierra y el encuentro pasional de ambos militares fue interrumpido por el sueño y cansancio que ambos sentían tras su ardua búsqueda, inútil, de rastros de vida sobre el planeta.
El silencio del astro inhabitado fue interrumpido por un sonido que venía del cielo. Rick Hunter despertó por el insistente sonido que cada vez se escuchaba más cerca de ellos; curioso, dejó aquel lecho provisional que compartió con Lisa y en el que tanto disfrutó del cuerpo y amor de la joven.
Salió a las calles destruidas de la ciudad alienígena, para poder divisar el cielo e intentar encontrar el punto de donde emergía tal sonido.
* ¿Se está moviendo de nuevo? *
Lisa llamó la atención del joven; ella, al sentir que el cuerpo de su amante se alejaba de su cuerpo, sintió un gran e insoportable frío recorrer su figura, por lo que salió a buscar a su pareja.
* No, ese ruido viene del cielo. *
Hunter dio respuesta a la pregunta de su mujer; de pronto, ambos se miraron ante la posibilidad que invadió sus mentes; corrieron a un lugar más despejado y entonces...
De entre las estrellas, una gigantesca sombra se abrió paso y se dejo ver... MACROSS.
Lisa, llena de felicidad, se abrazó a Rick, el cual le regalo un tierno beso compartiendo así la felicidad que la chica sentía.
Más sin embargo, la llegada de la fortaleza espacial a la tierra no significaba otra cosa más que el inicio de la guerra espacial, una guerra imposible de ganar.
Totalizado.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
La diferencia entre las versiones solo es en los nombres de los personajes.
Versión Skull: Nombres originales.
Versión Bermellón: Nombres en latino.
Pude ver la película de Macross. Y al ver la escena del beso entre estos personajes, no pude imaginarme más que a ellos dando rienda suelta al amor 7w7.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.
Terminado el 13 de Enero de 2002.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Versión Macross ||
Don’t stop the party. Capítulo 4
Anime: Bleach
Rating: M
Pareja: Ichigo & Rukia
Sinopsis: AU. Cuando Rangiku la invitó a su despedida de soltera, Rukia imaginó que la rubia haría algo fuera de lo común, especialmente considerando la forma de ser de su amiga. Pero nunca, jamás. . . imaginó aquello.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 4 ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
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Ichigo se sentó sobre el amplio y cómodo sofá, única decoración del privado; con Rukia aun en brazos, su delicada espalda pegada al amplio pecho del pelinaranja, quien sostenía a su amante por los muslos, rozando su verga erecta con la suave y sensible vulva que escurría por la excitación.
La pelinegra gimió dulcemente cuando la punta del pene se adentró en ella, pero sentir el resto de la longitud de la herramienta sexual de su compañero no fue tan placentero.
El Kurosaki tenía que hacer grandes esfuerzos para no comenzar a penetrar con locura a la hermosa chica y es que su vagina era tan jodidamente estrecha que lo enloquecía y cegaba de placer. Y el avance, aunque no tan lento, le resultaba tortuoso.
Cuando Rukia se acostumbró a tenerlo dentro suyo, ella misma comenzó a subir y bajar sobre la barra de carne caliente. Primero con lentitud, como sopesando el placer y la reacción del muchacho, pero este estaba encantado, de hecho, él mismo intensificó el ritmo al aferrarse a la estrecha cintura de la ojivioleta y subirla y bajarla a su antojo sobre su pene duro como piedra.
Kuchiki se agitó ante aquellos embates salvajes, casi brutales que le propinaba su inesperado amante. Tanto era el frenesí de la chica, que necesitaba ansiosamente aferrarse a ese hombre tan apasionado, pero dada la posición, le resultaba un tanto complicado. Finalmente, Rukia estiró los brazos hacia atrás, acariciando el cuello del pelinaranja y manteniéndolo cerca de su cuello, que él besaba, lamía y succionaba como si de un afrodisiaco se tratara.
""Así la siento yo. . . ¡ ella es mi droga !.""
Pensaba Ichigo. Consciente de que no estaba dispuesto a renunciar a la bella chica, ni a las deliciosas sensaciones que le provocaba.
Las toscas manos del Kurosaki se posaron sobre cada uno de los pequeños pechos de la ojivioleta, amasándolos, oprimiéndolos a placer, pellizcando los pezones rosas que adornaban los encantos de la mujer entre sus brazos.
Rukia se movió de forma circular un par de veces, enloqueciendo al muchacho, quien gruñó de placer y apretó con más fuerza los senos de su compañera. La chica repitió la acción una vez más e Ichigo no pudo más contra la lujuria, por lo que la penetró con más fuerza, más rápido, haciéndola rogar incluso por más.
* Toma, pequeña, ahh!. E-es lo que querías, ¿verdad?. *
* ¡ Si, oh, sí !... ahhh!!. *
* ¡ Pues es todo tuyo !. *
Le dijo el Kurosaki, sosteniéndola de las caderas y clavando su pene una y otra vez en la dulce vagina de Kuchiki.
* I-Ichigo, n-no puedo más !. . . me vengo !. . . me veenngooo !!. . . *
Rukia gritó su placer sin importarle ya nada más que disfrutar de aquello. Se arqueó cuando su orgasmo se hizo presente en fuertes y deliciosas pulsaciones que oprimían la verga del pelinaranja, estimulándolo al grado de provocar su propio éxtasis que concluyó con una abundante eyaculación.
Respiraron agitados, con sus cuerpos aun entrelazados y sus sexos aun frotándose suavemente, uno dentro del otro; él aferrándose a los suaves pechos de la pelinegra.
Sus miradas se encontraron y supieron que ya no podrían mirar a nadie más, ni separarse.
Rukia no sabía que tenía ese hombre, pero la hacía sentirse segura y protegida en sus brazos.
""Querida e indispensable también.""
Pensó, consciente de que era una locura, pero una locura que quería vivir; quería conocer a ese hombre, estar con él, ser suya y hacerlo suyo, adueñarse de él. Quería ser todo para él.
Ichigo, por su parte, no quería pensar o incluir sentimientos en esta situación, pero la chica le resultaba maravillosa. Lo llenaba de curiosidad, quería conocerla, saber todo de ella y perderse en el deseo y la pasión que ella en él despertaba.
Quería tenerla para él, solo para él. Pues después que aquel sexo tan delicioso, se había dado cuenta que había encontrado un valioso tesoro.
""¡ Uno que no planeo compartir con nadie !.""
Tras este pensamiento, el pelinaranja descubrió cuan egoísta y posesivo podía llegar a ser.
Lo que más le confundió y sorprendió, fue que estaba consciente de que estaba hechizado por esos hermosos ojos violetas. Peor aún. . . Rukia era capaz de controlarlo con esa dulce sonrisa que le dedicaba. Sabía que él era capaz de hacer cualquier cosa con tal de verla sonreír de esa forma. . . siempre. Y eso que solo llevaban no más de una hora de conocerse.
""No quiero ni imaginar cómo será cuando, en el futuro, me haya atrapado totalmente.""
Una sonrisa se asomó en sus labios con aquel pensamiento.
Ichigo sabía que él estaría felizmente atrapado por esa mujer. . . ¡ ya lo estaba !.
Totalizado.
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Creo que el final estuvo algo apresurado. Pero definitivamente fue más fuerte que otros de mis fics.
Ichigo es muy protector, pero creo que puede llegar a ser muy apasionado y posesivo, de ahí su personalidad para este fic.
_I LOVE ICHIRUKI_
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.
Totalizado el 22 de Agosto de 2011.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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Alguien que me ama de verdad -C4-
Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Ren & Anna
Sinopsis: Yoh le es infiel a Anna. Y Ren, que la adora, no puede evitar involucrarse con ella, escapándose juntos.
Advertencia: Lemon (NSFW)
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Por: Maeda Ai.
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.:: Capítulo 4: “Estaré a tu lado... porque te amo” ::.
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Contemplaba la oscuridad del paisaje, tranquila desde la ventana de la lujosa habitación, una recamara bastante grande aun para ser ocupada por dos personas, llena de lujos y comodidades...
“Perfecta para mi, me gusta”.
Calificaba mentalmente una joven mujer.
Adentro todo era quietud, afuera... oscuridad.
Claro, los Tao vivían bajo las sombras en China, lejos de las modernidades actuales y los incrédulos humanos.
Le pareció divertido pensar que Hao viviría feliz en ese lugar. Fue solo un pensamiento cualquiera.
* Lo siento mucho pero este es mi mundo, Anna. Si no te gusta, yo puedo... *
* Me agrada porque es tranquilo, me gusta... porque estás tú. *
El shaman la miró sorprendido para luego dibujar una irónica sonrisa en su atractivo rostro.
Entró a la recamara sin hacer el más mínimo ruido y al verla tan atenta observando la simpleza del paisaje con esa expresión tan seria, creyó que le disgustaba el lugar.
“¡Que tonto, estúpido!”.
Pensó para sí.
Esa mujer no dejaba de sorprenderlo, cuando creía que conocía todo de ella, pasaba algo que le hacia ver que estaba muy lejos de lograr aquello.
Se acercó a la chica, sin despegar sus dorados ojos de aquella delgada silueta, tan perfecta, tan apetecible. De forma posesiva, la estrechó entre sus fuertes brazos, de aquella forma que le encantaba a la rubia pues la hacia sentir deseada con locura.
Sus labios fueron tomados en un suave y pausado beso, un beso que le hizo recordar cuan cómoda se sentía en este país, en este lugar.
Apenas llegó, fue recibida calurosamente por Jun, pero lo que en verdad no esperaba era que los padres de su actual pareja la aceptaran sin mostrar desacuerdo, todo lo contrario...
“ Me complace que mi hijo Ren eligiese una chica que además de poseer tremendo poder espiritual, sea tan hermosa. “
Esas habían sido las exactas palabras del, aun, líder de la dinastía, En Tao.
La itako no podía negar que dichas palabras y el total respeto para con ella la tranquilizaron. Temió tanto que la familia Tao no la aceptase por haber estado casada con otro hombre y más aun, con un Asakura, que para colmo derrotó a Ren tiempo atrás.
Bueno, aun estaba casada con Yoh, pero pronto ese matrimonio sería anulado.
* ¿Has tenido noticias de tu sensei?. *
Preguntó Tao, mientras abandonaba los labios de la sacerdotisa y se dedicaba a recorrerle el cuello con lujuria, pero con suavidad.
* Ella se ha encargado de todo; mi matrimonio quedará disuelto en un par de semanas. * _Le dijo la rubia, entrecerrando los ojos gracias a los escalofríos que el muchacho provocaba en ella._ * Yoh se opuso rotundamente, pero Kino lo puso en su lugar. *
* Ah!, sí?... ¿y por qué no lo hizo antes?. *
Era claro el reproche de Ren, y es que lo enfurecía el solo recordar que el estúpido de su amigo engañase a tan hermosa mujer, la que ahora era suya.
La misma que ahora gemía de placer bajo los descarados besos que Tao no había dejado de plasmar en su cuello y ahora sobre su rostro.
La respuesta a la pregunta del muchacho era simple, la anciana creía que Anna era la que debía arreglar ese asunto con su nieto, si la itako no movía un solo dedo, ella tampoco; ese era un asunto entre ellos dos y Kino solo intervendría si la rubia se lo pedía o daba el primer paso.
Así que cuando Anna abandonó al Asakura, e Yoh le pidió ayuda a los ancianos, fue entonces que la abuela obligó a su nieto a dejar a esa mujer en paz.
“ ¿Todavía te atreves a exigir que vuelva a tu lado?… ¡ madura, Yoh !. “
Habían sido las palabras de Kino Asakura.
* De cualquier forma debieron intervenir mucho antes, darte tu lugar. *
* Tal vez, pero solo querían que yo diera el primer paso. *
Anna se aferró al cuello del shaman mientras este volvía a posar sus labios sobre los suyos, introduciendo su lengua en la cálida boca de la sacerdotisa; no quería escuchar más sobre ese tema. Pronto Anna sería totalmente suya y eso era algo que debían celebrar.
Sin que la itako se lo esperase, Ren la sostuvo entre sus brazos, recostándola con suavidad sobre la cama, ese lecho que compartían desde no hace mucho tiempo.
Se separó ligeramente de ella para admirarla con detenimiento, con devoción. Esa mujer era hermosa, la más bella de todas las que haya visto, todo en ella le gustaba... su cuerpo, su poder, su inteligencia, su carácter frío y cruel.
“ ¡ Perfecta !, no hay otra palabra. “
Pensó Tao, aceptando que por ella podría ser capaz de cualquier cosa.
Acomodó un par de mechones de rubio cabello que, traviesos, cubrían ligeramente el rostro de la chica. Las miradas de ambos se cruzaron, incapaces de romper con aquel magnetismo.
Ansioso, Ren desabotonaba el vestido chino que lucía su amante; era de esperarse. La pasión y la lujuria lo llevaron a despojarla con habilidad y rapidez de la estorbosa prenda; su trabajo tuvo su recompensa, Anna no llevaba sostén bajo las ropas...
* Es más cómodo. *
Ren solo sonrió con lujuria.
Esa mujer era el mismísimo diablo y aun así, la deseaba.
“ Quizá sea porque, después de todo, tiene sentimientos. “
Pensaba el chino poco antes de aventurarse a probar la piel de una itako ahora solo cubierta por las bragas.
Con besos cortos al principio y más intensos y profundos después, succionaba la delicada piel de su cuello hasta casi hacerle daño, Ren reclamaba a esa mujer como suya. Así era Ren Tao, apasionado e intenso.
Suaves gemidos amenazaron con llenar la habitación mientras el shaman deslizaba sus labios hasta los apetitosos senos de la sacerdotisa, contemplándolos por apenas unos cuantos segundos, se lanzó a probarlos. Con besos cortos, como saboreándolos, luego, ya loco de deseo, con más intensidad; los lamía haciendo suspirar a su compañera, succionaba los pequeños pezones arrancándole pequeños gritos de placer a la rubia, quien, complacida, lo sujetaba de la cabeza, reteniéndolo ahí, acariciando sus cabellos.
La excitación era tanta, que Ren mordió suavemente los erectos pezones femeninos, Anna, complacida, arqueó la espalda echando la cabeza hacia atrás, permitiendo que el muchacho degustase de sus encantos a su entero gusto.
* Oh, Ren... e-eres, eres un perverso. *
Kyouyama jadeaba, pronunciando entrecortadas palabras; sabía que si él se lo proponía, podía hacerla llegar al orgasmo tan solo saboreando sus senos.
Tao solo sonrió volviendo a besar tranquilamente ese par de pechos tan hermosos, simulando a un pequeño niño siendo amamantado, mientras se aferraba a la estrecha cintura de la itako y esta, mirándolo embelesada con un intenso carmesí adornando sus mejillas, sin mencionar el brillo intenso en sus entrecerrados ojos negros.
Sosteniéndola aun por la cintura, Ren la recostó con sumo cuidado, por ahora, probar sus senos dejó de serle suficiente y mirándola directo a los ojos mientras una sonrisa traviesa y lujuriosa atravesaba su rostro, deslizó su mano derecha por la cálida piel de la sacerdotisa, quien cerró los ojos cuando la mano del shaman se posó sobre su intimidad, primero por encima de la tela de la ropa interior, después de forma directa cuando la prenda fuera arrancada con un leve tirón.
* Sé que esto te va a gustar. *
Le susurró el muchacho, posado encima de ella mientras exploraba el sexo femenino, acariciando el clítoris con tranquilidad tal que Anna hacia esfuerzos sobre humanos para que la intensa excitación no la hiciese tener un orgasmo tan espontáneo del que no disfrutaría plenamente.
Respiraba con agitación sin poder apartar la mirada de aquel hombre cuyas caricias la hacían llegar al cielo y caer de nuevo a la tierra en un ciclo interminable de placer.
Más tuvo que contener la respiración, Tao, totalmente envuelto en lujuria, introdujo los dedos medio e índice, disfrutando de la húmeda vagina de su amante.
* Oh !, Ren !!... *
Kyouyama tuvo que morderse el labio inferior, manteniendo los ojos errados; la forma en que el shaman la poseía era tan intensa y apasionada que con frecuencia la hacia tener más de un par de orgasmos, y justamente en ese momento una oleada de placer, producto del constante entrar y salir de los dedos de Ren, recorría su sensible cuerpo por completo; experimentaba un intenso orgasmo que la hizo arquear la espalda, sintiendo como los dedos del muchacho se adentraban más en ella. Su vagina se contraía por el gozo mientras dulces gemidos inundaban la recamara de la pareja.
Agitada, la itako volvió a recostarse sobre la cama, sintiendo aun como el shaman se divertía explorando su intimidad.
* Lo ves, Anna, yo sé lo que te gusta. *
Las palabras del joven chino no podían ser más ciertas y el tono de satisfacción con que las dijo solo logró encender las mejillas de la sacerdotisa.
* Ah, sí?, pues yo también se hacer un par de cosas que a ti, mi querido Ren, te encantan... *
Con la expresión fría y la voz firme, la rubia se arrodilló sobre la cama, empujando a Tao hacia atrás para posarse sobre él. Una sonrisa llena de malicia adornó su hermoso rostro provocando que el chico tragara saliva. Conocía esa expresión, Anna pretendía torturarlo en serio.
Sin esperar más, la joven despojó a su compañero de toda la ropa que aun cubría su musculoso cuerpo, mostrándose ante ella el erecto pene del muchacho, la herramienta sexual que tanto la hacia gozar y gritar de inmenso y exquisito placer.
Besó los labios de su amado, deslizándose poco a poco a través de su cuerpo, marcando un delicado camino de besos y caricias, así, hasta tener frente a ella el miembro del muchacho.
Ambos amantes pasaron la lengua al rededor de sus bocas, como saboreando el momento, Ren por el placer que vendría y Anna por la delicia que estaba a punto de probar.
Atrevida, la itako besó la punta de la espina varonil, lamiendo posteriormente la longitud de aquel pedazo de carne.
* A-Anna, eres, eres maravillosa... *
Tao acariciaba el rubio cabello de la mujer mientras sonoros y entrecortados gemidos existían en la habitación.
El shaman no pudo evitar arquearse cuando la joven comenzó a degustar de su hombría, introduciendo esta en su boca y además acariciando ese par de esferas que descansaban bajo su pene.
Kyouyama era una experta que lo torturaba con las intensas caricias y los apasionados besos, pero esto era demasiado para él; Ren apretaba los dientes para soportar tanto gozo, la chica no se cansaba de deslizar la lengua por su miembro, ni de abrazar este con sus dulces labios.
“ ¡ Va a matarme de placer !. “
Pensó el shaman, ya casi sin poder contenerse.
Justo cuando el joven Tao creía que no iba a poder controlar más su excitación, la sacerdotisa se detuvo, obligándolo a suspirar hondamente y jalar aire, respirando con agitación.
Jaló con suavidad a la itako, haciéndola perder el equilibrio y caer sobre su pecho.
* Eres perversa. *
Ren la abrazaba con fuerza como no queriendo soltarla nunca más, mientras Anna escuchaba la agitada respiración de su compañero; sonriendo para si, se abrazó suavemente al cuerpo del hombre que la ha hecho plenamente feliz, cumpliendo su promesa.
* ¿No crees que es hora de hacer el amor?. *
* Creí que eso era lo que estábamos haciendo. *
* Sí, pero... me refiero a lo más emocionante, lo más intenso que hacemos al estar sobre una cama. *
* Desesperado. *
Lo llamó Anna. Ren solo sonrió ante la correcta descripción que su amante hacia de él.
Aun abrazándola, la recostó sobre la cama, llenándola de besos y susurros de amor. Embelesado, la miró a los ojos, sus lindas gemas negras brillaban intensamente, como pidiéndole continuar... y lo hizo.
Con lentitud y cuidado, guio su hombría hasta la entrada de la cavidad femenina, acariciando la intimidad de la joven con la punta de su pene, acción que los excitó todavía más a ambos.
La itako soltó sutiles gemidos que volaban por el aire, gemidos que se transformaron en jadeos y poco después en gritos conforme la espina varonil se enterraba en su sexo.
* Oh, Ren... Reennn !!!... *
La expresión en el rostro de Anna era de pleno gozo, estaba tan excitada y lo único que quería era que el shaman la penetrara por completo, pero en cambio, el chico Tao se deslizaba tranquilamente en ella, torturándola con la paciencia con que manejaba todo esto.
Una leve embestida los hizo jalar aire a los dos; Anna sintió como su compañero llegaba hasta el fondo de su intimidad; se sentía sofocada, completamente llena y sin desear que esto terminase. Con un movimiento inesperado, la sacerdotisa se sentó sobre su amante, tomando el rostro de este entre sus suaves manos.
* Te quiero tanto. *
Le dijo para luego llenarlo de besos.
Sus labios recorrieron cariñosamente el rostro del muchacho, mientras las caderas de ambos amantes subían y bajaban al compás de la pasión y el ferviente deseo de unir sus cuerpos.
Las penetraciones se tornaron más rápidas y fuertes, obligando a la itako a aferrarse al shaman, quien se dedicó a saborear nuevamente las obras de arte que Anna tenia por senos, aquel par de suaves formas que simplemente lo volvían loco.
Ren sujetó a la chica por la cintura, marcando el ritmo de la penetración, observando como con movimientos propios, ella sola hacia que el miembro masculino entrara a su vagina mientras el interesante subir y bajar de los pechos femeninos lo idiotizaba por completo, como si lo hipnotizaran con un baile lleno de lujuria y amor.
* A-Anna... ¿te he dicho, lo, lo hermosa q-que eres?... *
* Sí, muchas veces. *
La itako se aferró a él nuevamente, sin ser capaz de reprimir los gritos que escapaban de su boca y resonaban por toda la habitación; sus mejillas teñidas en rojo y sus ojos fuertemente cerrados delataban lo mucho que la rubia disfrutaba de esto.
Entonces lo sintió venir, un delicioso orgasmo que la hizo detenerse en seco y arquear la espalda, entregándose completamente a este hombre que la había salvado de morir de dolor y soledad.
El gemido más largo y sonoro tomó el nombre del futuro líder de la dinastía, quien ya fuera de sí, seguía penetrando a la mujer, más las embestidas que en un principio fueron lentas y suaves ahora eran fuertes, profundas y rápidas.
Estaba loco por ella y al estar totalmente poseído por la lujuria y el placer lo demostraba claramente.
Pronto, el chico no fue capaz de prolongar las intensas y exquisitas sensaciones que el cuerpo de Anna le brindaba.
Con los ojos ámbar clavados en la figura femenina, apretó fuertemente los dientes, permitiendo que el orgasmo recorriese su cuerpo, haciéndolo temblar y derramar su liquido dentro del cuerpo de esa mujer a la que tanto amaba.
Cansados, rompieron la unión de sus cuerpos y se recostaron sobre las arrugadas y mojadas sabanas.
* ¿Te gustó, Anna?. *
Preguntó el shaman, haciendo a un lado unos cuantos mechones de rubio cabello que, por la humedad, se adhirieron a las mejillas de su chica.
Ella respiraba agitada, su pecho subiendo y bajando rápidamente; cerró los ojos disfrutando de las caricias de su amante y los besos que este hacia llover sobre su bello rostro.
¿Gustarle?. No importaba cuantas veces se acostase con este hombre, siempre era una experiencia inolvidable, única e incomparable. Él la hacia sentir plena, feliz... a su lado y entre sus brazos se sabía deseada, añorada, pero sobre todo... amada.
Pero más que palabras, fue un suave y tranquilo beso que depositó sobre los labios del muchacho, su respuesta.
Aun agitada por el esfuerzo físico, se refugió en los fuertes brazos de su compañero.
* Pronto podremos hacer esto sin leyes o mandatos que nos lo impidan. *
* ¿Importan mucho realmente esos impedimentos que mencionas?. *
Un susurró llegó al oído de la joven quien se separó ligeramente de Ren para encontrarse con esa dura y calculadora mirada que tanto lo caracterizaba. Pero en dicha expresión también se hallaba el intenso brillar de sus dorados ojos.
Se sonrojó; cuando Tao la miraba de esa forma, Anna tenía la sensación de que leía su alma.
* Porque a mi no importan en lo más mínimo. * _Le dijo, acariciando las mejillas de la chica._ * Y sabes por qué?. *
Ella negó levemente con la cabeza. A decir verdad había muchas cosas que desconocía de él...
“Y que quiero descubrir”.
Pensaba la rubia.
* Porque yo te amo de verdad. Por ti soy y seré un pecador, un traidor que le arrebató su esposa a un amigo; carcelero y prisionero de este amor que me ha orillado a hacer cosas de las que no me creí capaz. Anna... aunque tu matrimonio con Yoh nunca pudiese disolverse, aun así yo estaré a tu lado. *
* Ren... ai shirteru. *
Él solo guardó silencio; lo sabía... la conocía y ella era el tipo de mujer que amaba sin esperar nada más.
“Tan maravillosa, tan mía”.
El pensamiento abrazó cálidamente el corazón del shaman.
Ren besó suavemente los labios de la mujer y luego se recostó al lado suyo, abrazándola delicadamente mientras ambos se embriagaban con el aroma del otro.
Feliz entre los brazos del joven chino, Anna no tardó en quedarse dormida y Ren Tao cerraba lentamente los ojos para acompañar a su amada al mundo de los sueños.
Agradecía a Kami por ser quien tuviese el amor de la hermosa itako.
Tenía tantos planes de vida junto a ella, una familia, hacerla feliz y estar juntos hasta que la vida se les acabase.
Ahora, por fin, por primera vez en su vida, el muchacho era realmente feliz, ama y lo aman.
Además, nunca le haría daño alguno a Anna, ni físico ni sentimentalmente, y todo por una simple y sencilla razón...
* Porque yo te amo de verdad, Anna. *
Finalizado.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por fin, terminado y es que creí que nunca lo terminaría ^^.
Un capítulo bastante largo en comparación con los anteriores, no creen?, ¬¬’. Pensaba dividirlo en dos, pero... mejor no.
RENxANNA es una pareja interesante, pero no me llama mucho la atención, razón por la cual no escribiré otro fiction sobre ellos.
En cuanto a Yoh... sufre !!. Bueno, que sea infeliz de vez en cuando no está tan mal, ¿verdad?.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 15 de Septiembre de 2004.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Otro hombre así como él... para mí
Anime: Tsubasa Chronicle.
Rating: M
Pareja: Kurogane & Tomoyo
Sinopsis: One-shot. Fue entonces que la Tomoyo de Piffle despertó sumida en la tristeza y la impotencia. Un par de lágrimas rodaron por sus mejillas; una pregunta la asaltaba: ¿acaso habrá un Kurogane, en esta dimensión, para mí?.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
* ¿Por qué lo hiciste?. *
La voz que entonó aquella pregunta era una mezcla de celos, odio y dolor.
¿Por qué?, ¿por qué?. La princesa simplemente no lo podía entender. La Tomoyo de Piffle, por otro lado, no podía ocultar la pequeñísima, aunque soñadora, sonrisa que le iluminaba el rostro.
* Fue tan... hermoso, en verdad maravilloso !. *
La joven suspiró profundamente ante los recuerdos de una noche que no debió ser.
La princesa del Japón feudal apretó sus pequeños puños y se mordió el labio mientras su contraparte seguía soñando despierta, sus ojos brillando con intensidad, admirando el infinito.
Por dios !, que la dejase disfrutar de esto, ¿acaso no estaba en su derecho?. Solo fue una noche, en cambio la princesa lo tendría por siempre cuando todo esto terminara.
Tomoyo cerró los ojos justo en el instante en que sus mejillas se matizaron rojas, recordando cada beso, cada caricia, cada precioso segundo que compartió con ese hombre.
Extrañamente la reacción del viajero al verla en su habitación era lo que más se aferraba a su mente, haciéndola sonreír ampliamente pues fue una situación por demás graciosa.
* ¿Qué demonios haces aquí?. *
Le había preguntado el guerrero, escandalizado y sorprendido por la presencia de esa jovencita.
Kurogane se apresuró donde la chica, tan solo para tratar de sacarla a empujones, con no muy buenos resultados ya que la mujer rio jovial, causando estragos en él.
* Él es un poco grosero, ¿cierto?, pero creo que es una forma de ocultar su frialdad. *
La princesa giró su mirar. ¡Kami-sama!, era enfermizo tener que admirar lo radiante que esa mujer estaba, feliz a costa de ella.
Tomoyo se estremeció al recordar como prácticamente se le ofreció a ese hombre, proponiéndole, pidiéndole que la dejase pasar esa noche a su lado para luego arrojarse a sus fuertes brazos, y lo besó. . . insistente, casi con desesperación, rogando con sus labios algo casi imposible.
* ¿Q-qué crees que haces?... estás loca?. *
* Sí, loca por ti. *
La jovencita de largos cabellos rio divertida, en parte por sus propias palabras, pero también por lo escandalizado que estaba ese hombre.
* Kurogane, está usted muy tenso, debería relajarse... yo puedo ayudarlo. *
El ninja apretó los dientes con furia.
Esa mujer era demasiado atrevida como para ser una niña.
* Estás ebria, creo que bebiste de más. *
Era probable que el guerrero intentase creer sus propias palabras, ya que ni la misma chiquilla se creía esa basura. Como sea, la joven se aferró a él, pero ese hombre no sabía lo que es la delicadeza y le sujetó las muñecas de forma brusca. Dolía; Tomoyo jadeó y cerró los ojos, él la estaba lastimando. Kurogane la soltó de pronto, dejándola caer sobre el piso, horrorizado por su rudeza.
* Gomen nasai !!. *
Susurró el guerrero, arrodillándose frente a ella, lo que la joven aprovechó para aferrarse a él de nuevo y besarlo.
* Onegai, dame esta noche. *
* ¿Nani?. *
* Tú te irás y yo... quisiera hacer algo contigo, algo para recordar. *
Serían sus extrañas palabras o la voz suave y hasta dulce con que le hablaba, lo que fuese desarmó por completo a Kurogane, quien no se resistió a un nuevo beso por parte de esa chiquilla atrevida.
* Basta, no quiero saber más. *
La princesa Tomoyo temblaba de ira. Quería, quería borrarle la sonrisa de felicidad a esa maldita mujer, a esa ladrona; Kurogane era suyo, su guardián, suyo, solo suyo.
Ella no tenía porque haber intentado nada con ese hombre; ese reflejo suyo no era más que una ladrona.
De pronto, la joven empresaria lanzó un pequeño gemido; el recuerdo era tan vivido.
Cuando las ropas quedaron olvidadas en el piso y ellos yacían en la acolchada cama; solo el sonido de suspiros y besos húmedos era lo que reinaba en la habitación, pero cuando el contacto piel con piel se tornó más intenso, los jadeos abandonaron la habitación para ser escuchados por todo el lugar. ¡Qué importaba!, allá abajo todos estaban ahogados de borrachos y Sakura dormía profundamente. Al parecer, solo ellos dos sabían beber adecuadamente.
Tomoyo le había permitido al ninja que su lengua entrase en su pequeña boca, causando sensaciones inimaginables. La humedad, el cosquilleo que producía, incrementaban el deseo entre ellos, en especial el de la chiquilla, cuyas suaves y pequeñas manos se deslizaban ansiosas por el esculpido cuerpo del guerrero, desplegando caricias que, más que tímidas, eran atrevidas.
* Tsk. *
* ¿Pasa algo?. *
La jovencita se preocupó al ver la mueca de dolor que le mostraba el viajero. Tomoyo dobló las cejas con tristeza, sujetando la mano del ninja entre las suyas, depositando un delicado beso en esta. Esto era su culpa y ella se sentía tan mal.
Kurogane no supo describir el impulso de sujetar con brusquedad a la chica para luego aprisionarla bajo su pesado cuerpo. Ese acto de la niña solo había logrado encenderlo en deseo, sin embargo, se tomó un segundo para admirarla.
""Es idéntica a mi... a la princesa.""
Kurogane suavizó su expresión, sabía que esto que hacía no era correcto. Era un engaño, pues si bien físicamente eran idénticas y hasta profesaban que el alma era exactamente la misma, lo cierto es que él estaba perdidamente idiotizado por la princesa de su mundo y ni siquiera una contraparte de esa mujer iba a cambiar ese hecho, era imposible.
Esto era un juego cruel, para esta chiquilla loca, para él y por supuesto para su princesa; esto era una traición, ¿cómo iba a verla a la cara cuando volviese a su mundo?.
El muchacho se mordió el labio inferior; sería mejor dejar de torturarse y terminar con esto. Ante este pensamiento, el ninja intentó pensar que estaba con Tomoyo-hime. . . y resultó. . . tan fácil. Se creyó la mentira.
Sus toscas manos recorrieron la frágil silueta femenina, delineando las sutiles curvas, oprimiendo la blanca carne; los pequeños senos se perdieron bajo las palmas del ninja, quien los apretaba con cierta brusquedad, pellizcando los sonrosados pezones y haciendo gemir a la jovencita.
Ciertamente era estimulante para Tomoyo ser tocada de esa forma y por ese hombre, más lo que hasta ahora había experimentado no se comparó al sentirlo de pronto explorando su vulva.
La chica se arqueó sobre la cama, más mantuvo los ojos bien abiertos por la sorpresa; Kurogane le mandaba dos dedos a intimidad, acariciando, estimulando. De cierta forma era incomodo y hasta vergonzoso, pero igual le estaba brindando placer, prueba de ello fue que su vagina poco tardó en mojarse, lista, no!. . . deseosa por recibir al duro y caliente intruso que pronto vendría.
La mujer en verdad creyó que este era el momento, que él entraría en ella, pero en cambio sintió ese par de dedos, antes dentro suyo, ahora tallándole el clítoris. Kurogane se sentó sobre la cama e hizo a la chica sentarse frente suyo aunque de espaldas a él, todo sin dejar de rozar aquel botoncito de carne con sus dedos.
Tomoyo cerró los ojos y recargó la cabeza en el musculoso pecho del ninja; su boca estaba seca de tanto gemir, pero sentía tanto placer; no quería que esto terminase.
* Ohh, Ku-Kurogane !!... *
La jovencita no pudo hacer nada contra los expertos dedos de ese hombre y terminó rendida ante él en un intenso orgasmo. Ella giró el rostro a un lado, buscando nuevamente los labios del ninja para ahogarse en ellos mientras el gozo y sus fluidos se desbordaban de ella.
* ¿Cu, cuándo se te puso así de duro?, ¿es por mi?... me hubiese gustado ver, ahhh... *
Las palabras de la joven eran tan entrecortadas y su respiración agitada. El sentir el miembro viril de su compañero hizo que su sexo se mojase aun más.
Y en medio de tanto placer, el guerrero la elevó y la hizo descender sobre su pene, tranquilo pero sin detenerse hasta clavarse totalmente en el cuerpo de aquella niña. Tomoyo se mordió el labio, soportando el dolor; aunque reprimía los sollozos, no fue igual con las lágrimas que caían libremente por sus rosadas mejillas.
Un hilillo de sangre escurría de entre sus piernas, pero ni así se detuvo, al contrario, pedía más y más a ese hombre, que se moviera fuerte, que la partiese en dos.
El dolor pronto se desvaneció, dando entrada al placer.
Kurogane sujetaba a la chica por los muslos, haciéndola subir y bajar sobre ese miembro suyo, tan grande y caliente, duro, grueso. . . La expresión de la chica también cambió, la angustia se había ido y era ahora una sonrisa la que iluminaba su lindo rostro.
* Motto, motto... mmm... *
La voz de la chiquilla era un ir y venir de gemidos y jadeos, anhelante de aquel increíble gozo que la estaba dominando al grado de no necesitar la ayuda de su compañero y ser ella la que prácticamente brincaba sobre aquel pedazo de carne, clavándoselo una y otra vez. Estaba exhausta pero igual continuaba meciendo las caderas, era como si la jovencita fuese movida por la lujuria y la pasión; se acariciaba a si misa, tratando de obtener más placer y conforme el calor se hacía más intenso, sus manos viajaban intranquilas de sus pechos al pequeño clítoris, acariciando, apretando, tallando con fuerza, casi con necesidad.
El ninja estaba atrapado por la sensación de aquella suave y cálida piel intima de la jovencita y se perdió en esta sensación; empujaba con desesperada fuerza las caderas, de arriba hacia abajo, haciendo que su pene entrara y saliera del cuerpo de Tomoyo, bombeando con desesperación.
La chica no pudo más y fue presa de un tremendo éxtasis gracias a ese hombre y su poderosa herramienta sexual. Su vagina vibraba, palpitando, estimulando el pene de su compañero y enloqueciendo a este.
Kurogane apretó los dientes, esa chiquilla lo estaba torturando, las pulsaciones de su sexo eran fuertes y lo estimularon de tal manera que solo fue capaz de enterrar su pene unas tres veces más antes de que un orgasmo lo obligase a regar su esencia dentro de la mujer.
Fue hasta entonces que el guerrero se arrepintió de sus actos.
""No es ella.""
Pensó justo antes de sacar su virilidad de la intimidad de la chica y salir luego de la habitación con sus ropas en la mano, dejando a la joven de largos cabellos respirando agitada, pero con una sonrisa adornándole el rostro.
* Creo que está apenado. *
Se decía la chica, abrazando una almohada, sin saber que el ninja en realidad estaba arrepentido y horrorizado pues en ese momento se sentía y sabía traidor de la fidelidad hacia su princesa, ya que cuando él hizo el juramento de protegerla, se juró a si mismo que esa niña sería la única en su vida. Y no importaba que esas niñas fuesen idénticas, esta no era su Tomoyo-hime.
¿Qué clase de hombre sería él si se enredase con cada Tomoyo que se encontrase durante su viaje?: un maldito, nada más.
* Ahh... ¡ fue hermoso !. *
Ya en el presente, la Tomoyo de Piffle se arqueó sutilmente sobre su cama, como si en ese preciso momento volviese a sentir el éxtasis que ese hombre le regaló.
* Te pedí que los ayudaras, no que te le echaras encima a mi guardián. *
* ¿Tu guardián?. *
* Sí, mío, solo mío, recuérdalo porque cuando él regrese a Japón, te borraré de su cuerpo y de su memoria. No serás más que un trago amargo que él terminará por olvidar. *
Fueron las crueles palabras de la princesa, quien desapareció entre penumbras.
Fue entonces que, agitada, la Tomoyo de Piffle despertó sumida en la tristeza y la impotencia, pues sabía que lo que su contraparte dijo era la pura verdad.
Un par de lágrimas rodaron por sus mejillas al tiempo en que una pregunta la asaltaba. . .
* ¿Acaso habrá un Kurogane en esta dimensión... para mí?. *
Finalizado.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
No quise quedarme con las ganas; esta Tomoyo en especial se notaba muy preocupada por Kurogane. Aunque me presioné un poquito para terminar el fic ¬¬'.
Siento no incluir las separaciones entre los recuerdos y el presente en el que ambas Tomoyo discuten.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.
Totalizado el 21 de Abril de 2008.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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Dress --Capítulo 7--
Anime: Bleach
Rating: M
Pareja: Ichigo & Rukia
Sinopsis: Ichigo Kurosaki nunca esperó que a la loca Orihime se le ocurriese la "grandísima idea" de prestarle su novio a una mujer todavía más loca. Su novia lo estaba cambiando por un estúpido vestido.
Advertencia: Lemon (NSFW)
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Por: Maeda Ai.
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.:: Capítulo 7 ::.
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Se suponía que ella se quedó allí para descansar después de un desfile de su línea de ropa, pero lo que menos había hecho hasta ahora fue descansar.
Ichigo era un tramposo, no la había soltado en ningún momento, no le dio descanso alguno, de hecho, en ese preciso instante, el muy sinvergüenza le estaba haciendo el amor en la pequeña piscina que estaba en el amplísimo balcón.
Rukia fue allí a relajarse, lo cual logró por contados minutos, ya que Ichigo se reunió con ella, la tomó entre sus brazos y, sin más, hizo a un lado la parte inferior del bikini y le clavó de un solo empujón su duro y caliente pene.
La pelinegra separó los labios, pero ningún sonido emergió de ellos. Su voz se apagó ante la sorpresa y la fuerte y profunda sensación de tener al chico dentro suyo.
Pronto, el pelinaranja agitó las caderas, adelante y atrás, aferrándose a la estrecha cintura de Kuchiki. Firme, constante. . . delicioso. Rukia no pudo evitar que los gemidos escapasen de su boca.
Kurosaki sonrió complacido. Tener a su merced a esta mujer y cumplir todas y cada una de sus fantasías sexuales era sublime.
De pie, dándole la espalda, pero ligeramente inclinada, recargándose en el borde de la piscina, Rukia trataba de concentrarse en dos cosas; la primera era reprimir en lo posible los delatadores gemidos de gozo que de su boca escapaban. Y la segunda, concentrarse en el delicioso pedazo de carne que entraba y salía rítmicamente de su necesitada vagina.
Era delirante, sucio, inmoral, de cierta forma. En ese momento, Kuchiki comprendió que necesitaba sentir dentro suyo a ese hombre, era como una obsesión, una droga, una maldita necesidad que la orillaba a cometer esta lujuriosa locura.
Pero nada más le importaba, solo sentirlo, sentir sus fuertes brazos rodeándola con aires de propiedad, sus grandes manos acariciándola con maestría, a sus labios hambrientos que le robaban besos tanto dulces como desesperados. Y claro, sin olvidar su excitante y dura virilidad que se adentraba en ella con tal fuerza y rapidez que la elevaba a la cima del placer.
Rukia no sabía de ella en ese instante, solo pensaba en él y en su excitante cuerpo.
Ichigo no se encontraba en una situación diferente, sus manos dolían de las tremendas ansias que de tocarla tenía; su exquisito aroma lo enloquecía y su frágil y delicada figura lo hacía querer aprisionarla entre sus brazos y protegerla. . . para no soltarla nunca más.
Hacía calor, mucho calor. Ichigo se preguntaba si la temperatura se debía al clima propio del lugar, el agua o quizás, simplemente, eran él y su compañera los que estaban ardiendo. Seguramente, era esta última razón la más acertada, pues el pelinaranja deslizó una de sus manos a la intimidad de la chica, tallando casi con impaciencia el rígido clítoris de la pelinegra.
* ¡ Ahh, uff... I-Ichigo !. *
Kuchiki se inclinó y alzó un poco más las caderas, logrando que unos cuantos centímetros más del pene del Kurosaki se clavasen en ella.
El chico ahora la penetraba más lentamente, su mirada perdida en el lindo y perfecto trasero de su compañera, admirando la sublime escena de su miembro perdiéndose en el espacio que en ese momento Rukia le entregaba a él. . . solo a él. . .
Entusiasmado ante tal pensamiento, el muchacho dejó de acariciar el botón que coronaba la flor de la chica, tan solo para enterrar uno de sus traviesos dedos en el ano de la mujer.
Kuchiki protesto ligeramente al principio, pero pasado un rato se relajó y terminó disfrutando de las atrevidas caricias que ese hombre le prodigaba.
* ¡ Ma, maldito Ichigo !, si no fuera por, porque me haces gozar tanto, yo, yo... *
* ¿Tú qué, preciosa?. *
El pelinaranja se inclinó, aferrándose a la cintura de su amante, pegando totalmente su musculoso pecho a la pálida espalda de de la mujer.
Una divertida sonrisa le adornaba el rostro.
* Si, si no borras esa sonrisa d-de tu estúpida cara, yo, ahh... te, te patearé las bolas hasta dejarte estéril, pa, para que no vuelvas a usarlo jamás. *
El chico rio ligeramente y le besó con ternura su frágil espalda; menos mal que la estaba haciendo disfrutar, sino, no le gustaría ser objeto de su enojo.
* Pero eso no te convendría a ti, pequeña !!. *
Rukia se sonrojó ante aquellas palabras, entendiendo muy bien lo que él le quería decir. . . Ese bastardo tenía toda la razón y eso la hacía enfurecer; ya le daría su merecido, pero después. . . ahora. . .
""Solo quiero gozar de esto, de él...""
Continuaron con aquel frenético ir y venir de caderas, en especial Ichigo. Cada vez más fuerte, cada vez más rápido.
Rukia se preguntaba: ¿cómo podía soportar semejante pedazo de carne dentro suyo?; definitivamente el miembro viril del Kurosaki era más grande del promedio, además, le estaba haciendo el amor de una forma tan brutal y salvaje, que se sorprendía ella misma, no solo de ser la protagonista de ese acto tan lujurioso, sino también de soportarlo.
Era tal la fuerza, el calor y la rudeza, que Kuchiki se sintió agradecida al sentir que el éxtasis estaba próximo. . .
Y así fue. . . cuando la mujer fue invadida por un fuerte e intenso orgasmo, no pudo guardar entre sus labios el nombre de su amante.
Eso era increíble, irreal. El éxtasis llegó a ella con tanta fuerza, que sus músculos vaginales se contrajeron de igual forma, apretando la verga del muchacho con tanta fuerza, que este no pudo contenerse más y se vino dentro de ella, derramando en su sexo abundante esperma.
Eso había sido mágico, ¿verdad?. No en balde se corrieron casi juntos. Definitivamente esa fue una unión que ambos disfrutaron al máximo.
Se mantuvieron así por un rato, aun inclinados; Ichigo totalmente pegado a ella y sin intensiones de sacar su pene del interior de la chica, aun a pesar de que un poco de semen comenzaba a escurrir entre los muslos de la pelinegra. Y es que esa era una sensación relajante; le gustaba sentirla de esa manera, como ese pequeño espacio le daba calidez y comodidad.
Y Rukia igual adoraba esa sensación de de tenerlo dentro suyo. . . le encantaba.
Y a esa sublime sensación se sumó la de las manos del pelinaranja sobre sus senos, estrujándolos con dulce suavidad, sin mencionar los besos que él desplegaba en su espalda.
Sí. . . adoraba esto y no quería imaginarse a sí misma sin todo eso.
Poco después se separaron y se abrazaron, besándose y acariciándose con una tranquilidad que solo disfrazaba la necesidad de sentirse.
Luego salieron de la piscina y decidieron vestirse y después salir a comprar un helado, como si fuesen un par de chiquillos enamorados.
Ellos no se habían detenido a pensar en ello, pero tal vez eso es lo que ambos eran. . . un par de enamorados.
Sin finalizar.
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Sigo con esa sensación de que los capítulos lemon están muy tranquilos.
¿Será que últimamente quiero escribir algo mucho más fuerte?.
El romance por otra parte está floreciendo y eso me emociona. Rukia no puede negarse más al necio de Ichigo. . . ¿quién podría?. ^¬^ .
_I LOVE ICHIRUKI_
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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 09 de Julio de 2009.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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|| Capítulo 8 ||