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MIS 2 AMORES

MIS 2 AMORES

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Anime: Card Captor Sakura

Rating: M

Pareja: Eriol x Sakura x Shaoran

Sinopsis: En verdad le gusta como le hace el amor. No es que su marido no la haga sentir placer, esto es diferente... simplemente los ama a los dos.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 1 ::. ¡ El maldito placer que me provocas ! ::.

.:: Capítulo 2 ::. ¿Me amas, Sakura Lee? ::.

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More Posts from Maeda-ai

3 years ago

Porque me pertenece. --Capítulo 2--

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Hao & Anna

Sinopsis: Ella simplemente ha nacido para él, para Hao. Está destinada a él, porque le pertenece, siempre fue así... porque él la ama.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 2: “Mía... aunque tenga que obligarte” ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Ella, temerosa, lo miraba.

El shaman se acercaba lentamente en tanto ella parecía haberse congelado de miedo o algo así, lo suficiente como para no moverse más de diez centímetros.

 * No te atrevas a dar un paso más, Hao Asakura... si te acercas juro que, que yo... *

Su dialogo fue inconcluso.

En cuestión de segundos el shaman avanzó más de tres metros hacía ella, lo hizo con tal velocidad que Anna se asustó al verlo repentinamente frente a ella y siendo separados por apenas unos cuantos centímetros.

 * ¿Qué harás?. Sabes que no puedes hacer nada; no importa cuán fuerte seas, jamás podrás detenerme. *

Sus palabras la hirieron en el orgullo, aunque sabía que el chico tenía razón.

Aun así, Anna se atrevió a estamparle la mano en la mejilla derecha; Hao lo permitió, lo deseaba... de alguna forma lo excitaba.

Fue así que instantes después de recibir la tremenda bofetada de la rubia, se apresuró a robarle un beso.

Los ojos de la sacerdotisa se contrajeron apenas sintiera el contacto, contacto que no duró mucho pues ya que la joven se separó de él apenas pudo.

 Sintiéndose ligeramente libre, trató de abofetearlo por segunda vez, más él detuvo su atrevida mano, y después la otra, cuando la itako quiso repetir el incidente del día en que se conocieron.

Con una pequeña cantidad de su fuerza fue suficiente para que Hao le impidiese toda clase de movimiento. Entonces la besó cuanto quiso y donde quiso.

Acarició sus labios con los propios para luego deslizar su ansiosa lengua a lo largo del cuello de la joven.

 * ¡ Detente ya, Hao !. No te atrevas a seguir. *

La sacerdotisa insistió, siendo ignorada por largo rato.

 Hasta que al joven se le ocurrió bajar la guardia y preguntar...

* ¿Por qué te resistes?. Soy el shaman más fuerte de la tierra... ¿No es eso lo que querías, un shaman perfecto?. *

* No, no, no !!.    _Gritó histérica._    * Yo no quiero nada contigo, ¿entiendes?. *

 Él, un tanto más calmado, la miró; la que no entendía era ella. Él sabía perfectamente que no amaba a su hermano, lo quería pero no lo amaba. Entonces... ¿por qué se negaba?.

 * Deja de resistirte, Anna.  ¡ Esto te va a gustar !. *

Intentó besarla nuevamente después de esas palabras, aunque apenas fue capaz de rozar fugazmente sus divinos y tentadores labios.

A duras penas, ella lo alejó de si, mirándolo a los ojos por un instante; ese shaman estaba loco de deseo por ella, pero...

 * ¿Cómo podría gustarme?. Se supone que yo debería estar con Yoh, no contigo. *

Por alguna razón aquellas palabras lo hicieron enojar. No un enojo cualquiera, estaba furioso, como si le hubiese lastimado el orgullo.

 Ni siquiera pensó lo que hacía, perdió todo control de sí mismo.

Elevó la mano derecha para abofetearla con tal fuerza que la hizo girar la cabeza a un costado y caer de lado sobre la cama. Los ojos de Hao habían perdido el color, pero cuando se percató de lo que había hecho fue recuperando la conciencia.

¿Cómo pudo golpearla?...

Es cierto que calcinó a muchas personas por atrevimientos menos graves que el de la itako, pero... por alguna razón, nunca quiso hacerle daño a ella. Y ahora...

 Anna sollozó un poco. El dolor era inmenso, quizá porque nunca antes lo había sentido, y es que nadie se había atrevido a ponerle la mano encima... hasta ahora.

Se incorporó levemente mientras se tocaba su adolorida mejilla y miraba con rencor al shaman. Esos ojos negros le demostraban furia y en el fondo... temor, aunque abundantes lagrimas escapasen de ellos.

Él intentó decir algo, pero la itako no lo dejó.

 * Te odio, ¿me oyes?. ¡ Te odio, Hao Asakura !. *

La sacerdotisa le gritó con fuerza para luego abandonar la cama y correr hacia la puerta de la habitación.

 El joven de morena piel estuvo inmóvil por un instante; por alguna razón que él desconocía, aquellas palabras le causaron la nueva y rara sensación de dolor en el pecho, pequeño pero creciente dolor.

 Mientras tanto, Anna jaló y empujó la perilla de la puerta, pero ésta no cedió; entonces supo que le sería difícil salir de ahí ilesa.

Se estaba desesperando, pero sentirse abrazada pareció paralizarla por completo. Hao la abrazaba desde atrás pegando su cuerpo al de ella.

 * No vuelvas a decir eso. *

* ¡ No me toques, aléjate !. *

 Anna respiraba cada vez más agitada. No cabía duda, le tenía miedo, y eso era lo que Hao menos quería, que ella al igual que el resto del mundo le tuviese miedo.

 * Quédate a mi lado. *

La itako no entendió sus palabras; ¿qué era lo que en verdad quería de ella?.

Poco tiempo tuvo para pensar en ello, pues el shaman la sujetó firmemente y de un solo movimiento se la echó, literalmente, sobre el hombro para llevarla nuevamente a la cama.

 * Ya bájame, animal. *

Él no le hizo caso.

El rostro de la joven estaba teñido de rojo; golpeaba la espalda del muchacho sin ninguna respuesta. De cualquier forma, él apenas sentía sus inútiles esfuerzos.

 Hasta que la dejó caer de mala gana sobre el lecho. Sin darle tiempo a reaccionar, se recostó sobre ella, inmovilizándola por completo con su cuerpo. Así que la besó con fervor y deseo; ocupó sus labios insistente mientras sus ansiosas manos comenzaban a palparle los senos y poco después a estrujarlos sin ningún tipo de miramientos.

Anna lloró de nuevo, se sentía tan impotente ante los impuros deseos del shaman. Su llanto aumentó cuando el joven tiró con leve fuerza de su vestido, desgarrando la parte superior de este más la ropa interior que llevaba.

Sus hermosos senos quedaron descubiertos, siendo admirados por un shaman que ya estaba fuera de si. Poco tardó en “atacar” los pechos de la mujer. Probó sus senos como si en ello se le fuera la vida; besándolos con insistencia y succionándolos sin importarle el dolor que esto le provocaba a la itako.

 Los oídos de Hao se volvieron sordos ante los gemidos de desesperación que escapaban de la boca de la chica, mientras su lengua seguía recorriendo ese par de encantos femeninos, lamiéndolos con profunda lujuria.

En tanto, las lágrimas de la rubia sacerdotisa parecían emerger con el simple contacto de los labios del shaman sobre su piel.

 Fue entonces que dejó de forcejear y maldecir.

Anna, olvidándose de su orgullo, le pidió a Hao que la dejase en paz. Su quebradiza voz pidió una y otra vez por su libertad, pero él parecía ignorarla.

Cada instante, cada beso y cada vez que sus manos le estrujaban el cuerpo, ella le insistía en que se detuviera. Incluso terminó suplicándole entre sollozos e incontenibles lágrimas.

 * Por favor... *   _Rogó._    * Ya detente. *

A pesar de sus suplicas, Hao pretendía besarla en los labios, pero vio su aterrada expresión. El increíble miedo en sus ojos, miedo a él, sin mencionar la agitada respiración de la joven.

 Ese temor, ese maldito temor era lo que el shaman más odiaba, que le temiesen de esa forma.

Él nunca quiso lastimarla, si lo hizo fue porque ella se negaba a estar con él.

Entonces... cuando sus pupilas se contrajeron y perdieron color, cuando la furia se apoderó nuevamente de él, sujetó violentamente a la itako hasta dejarla boca abajo sobre la cama. Terminó por romper lo que quedaba de aquel hermoso vestido de novia y luego posó las manos en las caderas de la rubia para guiar su duro y erecto pene a la cavidad femenina.

 De un solo empuje introdujo más de la mitad de su instrumento sexual, perforando la vagina y desgarrando el himen de la itako.

* Aaahhh. *

Un fuerte grito escapó de su boca; sentía como si la hubiesen partido en dos.

El dolor era tan agudo y punzante que le rogó al shaman por que saliera del interior de su lastimado cuerpo.

 Sus gritos y sollozos, una vez más, fueron ignorados.

Hao hacía fuerza para adentrarse todavía más en aquel lugar donde una parte de si encontraría placer para expandirlo al resto de su cuerpo. Sin embargo, solo logró que los gritos de la joven aumentasen.

 * A-Anna?... *

Al ver el sufrir de la sacerdotisa, y la sangre que de esta hubo manchado las sábanas, el shaman pareció reaccionar.  ¡¿Tanto la había lastimado?!.  No quiso hacerlo, pero la deseaba tanto que... perdió el control de sí, solo quería tenerla.

Por fin puso atención a sus suplicas, a su llanto. Lloraba cansada pero desesperada; su dolor era y es inmenso.

 * Anna, yo... yo no quise... *

Ella no reaccionaba a las palabras del chico, tan solo seguía recostada, tratando de ignorar el dolor.

 * E-esto no es lo que deseaba... para mi noche de bodas, para mi primera vez. *

De pronto la itako le echó en cara el salvajismo que con ella había cometido.

Ella siempre soñó que al estar por vez primera con un hombre sería algo hermoso, inolvidable... mágico.

Pero ahora...

Se encontraba sobre la cama, lastimada física y emocionalmente por y con un hombre con el que nunca imaginó llegar a estar, el shaman más desquiciado de la tierra...

Aquel que no descansaría hasta poseerla... de todas las formas existentes.

  Sin finalizar.

 *~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Lo anterior viene siendo un Lime... solo esperen el siguiente capítulo y ahora sí será lemon 7w7. Aunque este capítulo fue un poco violento T-T .

Originalmente, este y el siguiente capítulo eran uno sólo, pero era muy, muy largo, así que lo dividí en dos, por eso lo más emocionante viene en el otro.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 12 de febrero de 2004.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

                                        || Capítulo 3 ||


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4 years ago

Una pequeña ayuda para Yoh

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Anna & Tamao

Sinopsis: One-shot. Tamao estaba convencida de que ella podría ayudar a Yoh con muchas de las responsabilidades del matrimonio, y no pensaba precisamente en los quehaceres de la casa, sino más bien en las obligaciones de cama... (LEMON FUERTE).

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

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* Ta-tame. . . hentai. *

La joven de ojos negros jadeó agradada, aun a pesar de sus palabras.

Yoh la sujetaba con fuerza, tatuando cuantos besos le placían en la blanca piel de la rubia mujer.   Sus labios, el cuello, los pequeños senos cuyos pezones se endurecieron a causa del placer; su vientre y finalmente su sexo, dedicando especial atención al hinchado clítoris, que se liberaba de su pequeño escondite, ansiando el placer.

La itako se arqueó ante el éxtasis que para ella vendría, más de pronto, su amante desapareció, dejándola en un inmenso y oscuro vacío.   El shaman se había ido, pero no así el calor sofocante que se apoderó del frágil cuerpo de la chica.

Kyouyama se abrazó a si misma, aterrándose al escuchar el gemido que escapó de su boca.   Su cuerpo estaba muy sensible y sentía placer, ¿de dónde?: no sabía, maldita sea.

La itako cayó de rodillas para luego arquearse al tiempo en que lanzaba un fuerte gemido cargado de placer. . .

Anna abrió los ojos con lentitud, con pereza.   Sudaba mucho, hacía mucho calor, demasiado para ser una noche de invierno. Sentía el cuerpo pesado, pero al menos ya sabía de donde venía el placer.

““Mi. . . mi vulva.””

Pensaba la rubia, alzando la cabeza para encontrar al culpable de su estimulo.

* Ta, Tamao !!. *

Los ojos de la itako se contrajeron, perdiendo su intenso color negro; la pelirosa estaba ahí, entre sus piernas, degustando el sabor de su íntima flor.

Tamamura ni siquiera se detuvo cuando Kyouyama despertó, de hecho, siguió deslizando la lengua por los pliegues de la vagina de una Anna que aun no podía salir de su asombro.

La sacerdotisa retomó el control de su cuerpo solo hasta que Tamao aprisionó el clítoris de la itako entre sus labios, succionando con frenesí.

* ¡¡ Yamete !!. *

Gritó la rubia, mientras se alejaba de la chica pelirosa, más a su pesar, Anna solo pudo arrastrarse sin siquiera salir del futon.

Sus ojos se destiñeron nuevamente.

* ¿Qué me has hecho?. *

Le preguntó en un susurró, abrazándose a si misma, cómo tratando de protegerse; era inútil.

Entonces Tamao se posó justo de tras de ella, sus suaves manos de inmediato se deslizaron por la piel de leche de la itako.

* Perdóneme, señorita Anna. *   _La aprendiz le susurraba al oído al tiempo en que estrujaba los senos de la rubia_   * Puse una droga en su te, así que no podrá rechazarme, de hecho, la haré desear mi toque. *

* No !!. *

Anna se agitó ante aquella confesión, más comprendió que lo que la chica decía era verdad, pues le resultaba muy difícil mantenerse siquiera de rodillas, mucho menos podía detener las manos de la pelirosa, que la recorrían a placer.

* El joven Yoh se fue con sus amigos y no regresara hasta mañana; no nos molestarán. *

Al decir esto, Tamao deslizó uno de sus dedos en la vulva de la sacerdotisa, alojando, penetrando suavemente.

* Deten. . . detente !!. *

La itako se desesperó, más su compañera no hizo caso, todo lo contrario, comenzó a mover sus traviesos dedos, estimulando a la rubia.

Tamao sonrió con dulzura, era hermoso sentir la humedad de su amiga mojándole la mano, escuchar su agitada respiración y sentirla temblar ante su toque.

Tamamura no podía evitarlo, había deseado por tanto tiempo estar así con la chica de ojos negros.

No supo en que momento, si fue de pronto o poco a poco, pero el respeto que por ella sentía se fue transformando en amor, y dicho sentimiento trajo consigo el deseo, la pasión.

Un día, Tamao simplemente se encontró a si misma, mirando a Anna y no a Yoh, quizás porque Kyouyama siempre la trató bien a pesar de saber de los sentimientos que alguna vez albergó por el Shaman King.

* Me moría de celos al verlos hacer el amor, entregándose mutuamente el uno al otro.  Pero no era por él, era por usted, señorita. *

Dicho esto, Tamao deslizó sus labios por el fino cuello de la sacerdotisa, sin dejar de hacer magia con sus manos, si, magia, porque para ese momento, Anna se encontraba gimiendo suavemente, moviendo las caderas al encuentro de esos traviesos y delicados dedos que la estaban llenando de placer; con las piernas completamente separadas, permitiendo aquella deliciosa invasión.

Emocionada, Tamao hundió sus dedos cuanto pudo, fuerte y rápido. Kyouyama no pudo más y gritó llena de placer, derritiéndose en medio de aquel exquisito gozo que esta chiquilla la obligaba a sentir.

La pelirosa aprovechó el éxtasis de su superior para atreverse a besarla, penetrando con su lengua en la cálida boca de la itako, quien movida por la droga, correspondía a todo lo que Tamamura le hacía sentir, incluso, siguió gimiendo dulcemente con los dedos de Tamao aun alojados en su vagina. Era. . .

* Delicioso !!. *

Susurró la itako; sus ojos vidriosos, completamente vencida por la lujuria, frotándose ella misma el hinchado clítoris.

La aprendiz sonrió sutilmente mientras sus mejillas se coloreaban rojas. Temía tanto que la señorita la rechazara, que la insultara o peor aun, que la odiara por esto.

* Perdóneme, señorita, estaba desesperada, yo solo quería. . . *

Pero Anna no escuchaba, se daba placer ella misma, poseída completamente por la droga. La pelirosa no pudo más que aprovechar una situación que seguramente jamás se volvería a repetir.

Haciendo que la rubia se recostara sobre el futon, Tamao le separó las piernas y comenzó a beberse las mieles de la intima flor de la itako.

Kyouyama se arqueó, cerrando los ojos, el gozo fue inmediato y la rubia fue presa de un orgasmo tras otro mientras la pelirosa lamía y succionaba su vagina, empleando especial atención en el duro clítoris que se dejaba ver, ansiando placer.

Fue demasiado, Anna no era ella, decidió que no lo sería hasta mañana, así que se olvidó de todo lo demás. . . de Yoh.   Y se dejó envolver por el delicioso cosquilleo que desencadenó un nuevo éxtasis.

* Ahhh, Tamaooo !!. *

La rubia gritó agradada, estrujando sus propios senos, pellizcando los sonrosados pezones. Tamao se saboreó los labios, el sabor de la itako era agridulce, le parecía simplemente delicioso.

La pelirosa miró a su amiga, con las piernas totalmente abiertas, exponiendo su sexo mojado, su boquita ligeramente entre abierta y sus negros ojos carentes de brillo, luciendo opacos por la lujuria y el deseo de más.

““Creo que me pasé con la droga.””

Pensaba la pelirosa, ligeramente arrepentida, pero no habría problema, era mejor así.

Ansiosa, Tamamura alcanzó el objeto que la ayudaría a brindarle el máximo placer a su Anna, un consolador del doble de largo que la mayoría.

Tamao separó las piernas, deslizando el instrumento en su interior; cerró los ojos y lanzó un fuerte gemido, estremeciéndose al instante.   Anna alzó la mirada y se asustó.

* ¿Tamao?, qué haces?, no, ahhh. . . *

La sacerdotisa gritó, mezcla de dolor y placer pues la pelirosa se había posado entre sus piernas, penetrándola con el otro extremo del consolador, enterrándose completamente y de una sola vez en la vagina de la itako.

Ese aparato era mucho más ancho y grande que el pene de Yoh. La estaba lastimando, pero igual la estaba llenando de gozo, y llenando era exactamente la palabra.

Cegada por la lujuria, Tamao empujaba las caderas, una y otra vez, penetrando a la rubia y penetrándose ella misma.

Realmente la amaba; su forma de ser, amable muy en el fondo, su fuerza, su valor, su coraje. . . la admiraba tanto y deseaba tanto ser como Anna Kyouyama, que Tamamura terminó amándola.

Y ahora amaba su voz cargada de deseo, sus gritos, los gemidos constantes que le pedían más y más de aquel miembro estéril que ambas compartían y para el que ambas se abrían dichosas, jadeando y diciendo incoherencias.

* Por favor, se-señorita, per-perdónemee. . . *

* E-eso no importa ahora, dame más, no pares, lo quiero todo, todooo !!... *

Entonces, Tamao se dispuso a cumplir con lo que para ella fue una orden.

El vaivén de sus caderas se tornó desesperado, clavando el pene artificial en la vagina de la rubia y en la propia.

* An-Annaaa. . . *

La pelirosa cerró los ojos, oprimiendo con fuerza los senos de su amiga en medio de su clímax.   Tan fuerte, tan hermoso y sin embargo, nada se comparaba, ni siquiera su propio orgasmo, al deleite de ver a Kyouyama teniendo el propio.

Un clímax que la hizo gritar y arquearse para luego seguir lanzando las caderas en busca de un poco más.

* I-iku, ikuu. . . *

Gritó la rubia al sentir cómo su sexo se deshacía en fuertes pulsaciones que abrazaban el miembro estéril que aun la penetraba.

Lágrimas mojando sus tersas mejillas, lágrimas de placer, lágrimas que Tamao bebió para luego marcar un camino con sus labios que se detuvieron en los hermosos pechos de la itako, ahí, su boca se deleitó con las redondeadas formas de Anna, besando, lamiendo la abundante carne o simplemente succionando los duros y puntiagudos pezones, relajando a la mujer de ojos negros.

  Con el consolador aun clavado en ambas y sus respiraciones y jadeos llenando la  habitación, Anna se permitió meditar en toda esta locura.

““Deliciosa.””

Pensó y no había ninguna otra palabra para describirla.

Kyouyama se había perdido ante los deseos más bajos de la chica que siempre creyó inocente y pura.

* ¿Desde cuándo?. *   _La voz de la sacerdotisa sonó fría._   * ¿Por qué?. *

Recostada sobre los pechos de su amiga, Tamao abrió los ojos; una mueca de tristeza se dibujó en su lindo rostro.

* Señorita, usted siempre ha sido buena conmigo. . . yo solo quería. . . demostrarle mi agradecimiento.*

Anna frunció el ceño y dobló las cejas.   Vaya forma de agradecer: drogándola y violándola. . . esto era humillante.

La itako había sido sometida, complacida, si, pero nunca se dejó tocar por ninguno de los amigos de su prometido y esta chiquilla. . .

* Sal de mi habitación !. *

* Señorita Anna, yo. . . *

* Quiero estar sola. *

La pelirosa sabía que esto iba a ser así, Kyouyama estaba furiosa y la odiaba, seguramente ella iba a ordenarle que empacase sus cosas y regresara a Izumo.

“”Ya no podré verla más.””

Se lamentaba Tamao, llevándose las manos a la cara y llorando desconsoladamente.   Había hecho una locura y ahora ni siquiera podría estar al lado de la sacerdotisa.

Al ver llorar a su amiga, Anna dobló las cejas con pesar, el corazón le dolía de ver la tristeza de la pelirosa.

Pero el calor había vuelto, y consigo, la lujuria y el deseo.   Anna se mordió el labio inferior.

“”Tal vez sea mi turno de agradecerle.””

Con este pensamiento, la itako retiró de su vagina el pene artificial que tanto gozo le proveyó.

* Voy a casarme con Yoh, Tamao... entiende que eso no va a cambiar. *   _Le decía la rubia, sus palabras eran dolorosas puñaladas para Tamamura._   * Sin embargo. . . *

La aprendiz alzó la mirada, esperando lo peor, más lo que vio simplemente no se lo esperaba. . .

Frente a ella, Anna con las piernas completamente separadas, mostrándole su vulva; los ojos de la itako estaban opacaos una vez más. Y sonreía llena de ansias. . .

* Por estar con sus amigos, él me desatiende. *

La pelirosa secó su llanto. ¿Sería posible que su interpretación de aquellas palabras fuese la correcta?. Sí, sí lo era.

Bastó con ver que Anna se estaba masturbando frente a ella para saber que así era.

* Me gustaría que te quedaras con nosotros, así. . . yo no estaría tan sola. *

* Sí, sí. . . es lo que más deseo. *

Tamamura se apresuró a responder; una sonrisa iluminaba su rostro.

Anna también sonrió y con suavidad acarició los rosados cabellos de su amiga para luego hacerle bajar la cabeza, justo entre sus blancas piernas, sobre su sexo. Tamao la entendió de inmediato, es más, ella lo deseaba también.

* Buena niña. *

Susurró la itako al sentir cómo la pelirosa lamía su vagina, succionando con devoción el pequeño e hinchado clítoris, más aun al sentir que le mandaba un dedo dentro de su intimidad.

Anna sonrió y gimió gozosa, convencida de que Tamao podría ayudar al pobre de Yoh con muchas de las responsabilidades que le traería el matrimonio.

Y la itako no estaba pensando precisamente en los quehaceres de la casa, sino más bien a las obligaciones de cama. . . hacerle el amor, hacerla gozar.

Era obvio que el Asakura no podría con todo y Tamao sería de gran ayuda, muy eficiente absolutamente en todo, eso Anna ya lo había comprobado.

Con este pensamiento, Anna terminó por correrse.

Finalizado.

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Debo admitir que escribir este fic fue un poco incómodo para mi. ——MAi sonrojada.—— Cómo que la temperatura subió en mi habitación ^¬^.

Quería escribir un yuri, aunque no es un género que me emocione, sinceramente. Sigo obsesionada con SK, así que me decidí por estas “chicas malas”.

Ahora, yo en verdad creo que Anna es muy buena con Tamao. Vamos, no cualquier chica deja que otra mujer le dé un regalo a su novio y menos sabiendo que esa chica está perdidamente enamorada del chico. Anna lo hizo.

Además, en el último tomo del manga, Tamao dice “por eso la admiro tanto”, o algo parecido. Podría decirse que de ahí empecé a desarrollar este fic.

He aquí algunos títulos que tenía pensados para esta historia:

Matrimonio: demasiado trabajo para Yoh.

Solo para ayudar a Yoh.

Yoh no puede solo.

Por favor, alguien para ayudar a Yoh.

Con una pequeña ayuda de Tamao.

Bueno, total que me decidí por el actual, aunque el último mencionado me gustaba mucho T-T.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai.  Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 17 de Julio de 2007.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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3 years ago

1/3 de mis puros sentimientos.Capítulo2

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Anime: Rurouni Kenshin

Rating: M

Pareja: Sanosuke & Kaoru

Sinopsis: Songfic. Aunque te ame al punto de quiebra, no sería capaz de decirte un tercio de lo que siento. Puros sentimientos corren y no soy capaz de decirte que te amo.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 2 ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Sanosuke Sagara y Kaoru Kamiya se encontraban desayunando en la casa de esta última.

Sagara seguía solo mirándola y tratando de decir algo que le costaba extremo trabajo, mientras que Jo-chan se mantenía a la expectativa sin comprender muy bien lo que le ocurría al muchacho.

De pronto, el joven se dio cuenta de algo y...

* Oye, ¿acaso no hay nadie más contigo?, por lo general este lugar parece un sitio de reuniones. *

Kaoru suspiró, llevaban varios minutos ahí y el ni se había dado cuenta siquiera; cerró los ojos por un momento, abriéndolos para mirar a un costado.

* Yahiko fue a ayudar a Megumi con sus pacientes parece que tiene muchos y el doctor Genzai no está en Tokio, creo que le dejó a las niñas así que entre ellas y la clínica, Megumi está muy ocupada. *

Se detuvo para beber agua; esta pausa fue aprovechada por el chico para preguntar porque ella no había ido a ayudarles. Ese comentario pareció tener una reacción extraña en la mujer, que dejó de beber y comenzó a golpear su pecho... se estaba ahogando.

* Jajaja, lo que pasa es que la última vez les di más problemas que ayuda con sus pacientes, así que supongo que decidieron dejar las cosas así. *

* Estás de buen humor, Jo-chan. * -Dijo Sanosuke.- * A propósito, ¿y Kenshin?. *

* Él fue a un pueblo cercano por medicinas, en la clínica hay muy pocas y el se ofreció a traer más. *

Sagara sonrió ante lo que escuchaba, su estado de animo pareció volver a ser el mismo cuando comento sarcásticamente que la habían dejado sola, preguntando la razón aun sabiéndola de sobra.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Solo como la lluvia en medio del verano,

tu sonrisa que humedece mi piel seca,

es muy alegre.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Kamiya tomó su tazón para darle un bocado a su desayuno, y para sorpresa de Sanosuke, ella comenzó a reír ampliamente mientras le decía:

* Jaja... vamos no estoy sola. Tu estás conmigo, ¿no es así?. *

Ella hizo una pausa para seguir riendo sin razón aparente, logrando con su comentario que Sano se sonrojara.

* Además...* -Continuó.- * Creo que tampoco te pidieron ayuda por las mismas razones que a mi... les darías más problemas; eso es algo que en cierta forma tenemos en común. *

Sagara se giró a un costado, cerro los ojos y sonrió irónicamente. Era cierto, eso si lo tenían en común, solo que a diferencia de ella él no le ayudaría en el trabajo a alguien, ni aunque le pagaran.

* Está bien, ya es suficiente de burlas... ¿qué quieres hablar conmigo?. *

* Bueno yo... es que... no sé si es realmente importante, aunque creo que si te hablo de ello te enfadarás conmigo. *

* Oh, por favor Sanosuke. *

Kaoru pareció enfadarse con la actitud confusa de su amigo; se levantó y se alejó de ahí diciendo que si no era realmente importante no debía molestarla o asustarla de cierto modo. Ella tenía sus propios problemas como para todavía cargar con los de Sagara, cuyo problema de seguro era de dinero y quería pedirle prestado, si era eso, pedía no ser molestada por nada.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Dame sonrisas y días brillantes.

No seas repentinamente indiferente,

porque, no importa cuan duro sea esto,

seré capaz de escalar los muros de la dificultad.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Kamiya se dirigió a su habitación dejando al chico un tanto impresionado con su repentino enojo.

El la siguió porque en verdad era importante lo que debía hablar con ella; la llamó por su nombre en varias ocasiones pero no obtuvo respuesta. Lo estaba ignorando a conciencia y eso le provocaba cierto dolor al muchacho.

Sagara la alcanzó y se le plantó en frente, impidiéndole seguir su camino; ambos se quedaron parados en el pasillo, Kaoru arqueó una ceja y se cruzo de brazos girando su rostro a un lado para no hacer caso a Sanosuke; el trató varias veces de llamar su atención para que hablaran de la situación en que él se encontraba, pero lejana a sus expectativas Kaoru no le prestaba la atención mínima obligando al muchacho a aplicar una forma, que aunque efectiva, también fue drástica para obligar a la chica a hacerle caso.

Los ojos de Kaoru se dilataron al ver como su amigo se inclinaba hacía ella y posaba sus labios sobre los suyos, acorralándola contra la pared y apretándola entre la misma y el cuerpo del luchador.

La chiquilla entrecerró los ojos y por un fugaz momento correspondió al cálido contacto que le ofrecía el muchacho, pero no por mucho tiempo... se alejó instintivamente de el fingiéndose indignada y un tanto indiferente en lo que Sanza acababa de hacer. La verdad es que su corazón vibraba de alegría y deseo, también de confusión y miedo; ahora ya nada tenía control parecía no ser su realidad.

* ¿Ahora sí vas a escucharme?. *

Preguntó Sagara de pronto, aunque más que una pregunta más bien pareció una orden.

Kaoru se mantuvo recargada a la pared buscando alejarse de su amigo y los problemas que le acarreaba; se armó de valor y le reprochó lo que había hecho; ella amaba a Kenshin y a él lo consideraba como un gran amigo. ¿Cómo fue capaz de hacerle eso?.

La mirada de Sanosuke cambió, se notaba enfadado por lo que acababa de oír; se acercó más a Kamiya quien temerosa cerró los ojos esperando lo peor... lo único que sintió fue la mano de Sagara sobre su mejilla izquierda; el chico mantenía la ligera y casi inexistente distancia entre ambos, su mirada ahora era suplicante, rogaba porque las palabras de la mujer no fueran ciertas... pero que esperanza podía tener si siempre la molestaba en vez de reconfortarla y apoyarla el la hundía más con sus comentarios.

Acercó nuevamente sus labios a los de ella pero Jo-chan movió minimamente su rostro a un lado; Sano lo intentó nuevamente obteniendo el mismo resultado, al siguiente intento no le dio oportunidad a la chica para reaccionar uniendo así sus bocas por segunda ocasión y obteniendo una mejor respuesta por parte de Kaoru quien suspiro entre los labios de su amigo dejando a su cuerpo relajarse ante aquella sensación; dejo que las manos del hombre se enredaran con las suyas para acercarse más aun, si es que eso se podía.

Sanosuke se alejó un poco de la niña, pero la distancia no duró mucho; como una adicta a sus labios, Kamiya se lanzó a los brazos de Sanza para besarlo con desesperación y locura, con sed de ellos, con sed de él.

* Jo-chan. *

Pronunció el joven entre los bocados que daba a los labios de Kaoru. Ella esperó a que continuara con lo que tenía que decir pero no lo hizo, no pudo, las palabras se atoraban en su garganta.

La mujer no esperó a que el chico terminara de hablar, volvió a unir sus labios exigiendo más de el y no estaba dispuesta a dejar de deleitarse con la boca del luchador.

Sanza la apretó contra sí y la elevó un poco sobre el aire, la sostuvo entre sus brazos caminando en dirección a la recamara de la chica mientras le susurraba algo al oído.

Abrió la puerta corrediza y entró a la habitación de la chica con esta en brazos.

La dejo pisar el suelo mientras seguían aferrados uno a los labios del otro. Las manos de Sanosuke no perdieron tiempo, las dirigió a la cintura de la chica y comenzó a quitarle el obi para poco después dejar caer al piso el colorido kimono de Kamiya, que resbaló por el cuerpo femenino antes de liberarla por completo; durante la caída de la prenda, Kaoru desató la cinta que mantenía recogido su hermoso cabello negro-azulado dejando a este último descansar con libertad sobre sus hombros y espalda.

Sagara quedó hipnotizado con aquel espectáculo digno de aplausos.

* ¡ Eres muy hermosa, Jo-chan !. *

En respuesta a las palabras del joven, Kaoru acercó su cuerpo al de su amigo... comenzó a besarlo tranquilamente, tomando las manos de su compañero con las propias para guiarlas al rededor de su cintura.

Las manos de Sanza no se quedaron ahí, comenzando a recorrer la suave piel de la niña.

De un tirón hacia atrás Kaoru liberó a Sagara de la camisa que le cubría la espalda siguiendo después con los pantalones, desatando la cinta que los mantenía fijos a la cintura del luchador. Una vez desnudos la joven enredó sus dedos en el rebelde cabello de su acompañante; aferrándose a él cuando este comenzó a recorrer su cuello dándole un sin fin de besos y suaves mordidas.

Aferrado como un vampiro al cuello de su victima, Sano siguió probando el cuello de Kaoru mientras sus manos se posaban sobre los senos de la niña; acariciándolos, sintiéndolos, apretándolos, conociéndolos... disfrutándolos; se prendó de ellos por largo rato.

Hasta que de pronto se separó un poco de la mujer para mirarla y tratar de decir algo en esos momentos, algo que valiera la pena.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Cuanto tengo que amarte.

Así mis pensamientos te alcanzarían.

No puedo decirlo cuando me miras,

las palabras danzan en el aire.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

La voz le falló en el momento en que más le hizo falta; a Kamiya no le molestó, entrecerró los ojos, le sonrió y le besó fugazmente. Se paró de puntitas para alcanzarlo un poco y abrazarlo. Se acercó a su oído derecho y le susurró...

* Aun soy virgen, Sanosuke. *

Sanza se desconcertó un poco con las palabras de Kaoru.

Eso lo tenía bien presente, después de todo, de cierta forma ella aun era una niña.

* Eres una niña dulce y pura, yo no puedo... *

Sano no pudo decir una palabra más, su boca fue sellada por los labios de su compañera. Ella recargó la cabeza sobre el pecho de Sagara, lo abrazó tiernamente y mientras cerraba los ojos frotaba su cabeza contra el torso del chico.

* Trata de no lastimarme. *

Sanosuke no se sorprendió del todo, en cierto modo ya se esperaba algo así; podía sentir las ansias en el cuerpo de la mujer, ansias que se dirigían a él.

Tomó el cuerpo de la chica y la recostó sobre el futón, dejo caer su cuerpo sobre la mujer y recorrió el mismo con sus labios; probó por primera vez una piel tan suave y fresca. No es que no hubiese estado íntimamente con alguien en ocasiones anteriores, pero lo cierto es que en ninguna había sentido la emoción que sentía ahora, el deseo al extremo de la desesperación y esto mezclado con la paz que Kaoru le daba a su ser.

Kamiya sentía que algo en el cuerpo de Sano crecía y rozaba con su vientre; sin saber que era se quedo quieta y dudosa. Sanza notó el rostro interrogativo de la niña, se sonrió a sí mismo por la graciosa situación de la primera vez de ella, ambos se hincaron para verse por unos momentos, Kaoru con su expresión de duda y Sagara con una divertida sonrisa estampada en toda la cara.

* ¿Quieres tocarlo?. *

La pregunta del chico avergonzó un poco a Kaoru, quien después de tartamudear un poco y decir que le daba mucha pena, sintió como una de las manos de Sagara tomaba una de las propias y la guiaba hasta la entrepierna del mismo joven.

Al sentir con la mano el pene erecto de Sagara, Kamiya cerró los ojos... en verdad su inocencia era graciosa.

Sanosuke guiaba la inexperta mano de la chica a través de toda la longitud de su arma sexual; acercó el cuerpo de Kaoru al suyo y lo estrechó con el brazo que tenía libre, sujetándola contra sí. La besó sediento por probar su boca de nuevo; después de un rato abrazó a la mujer con ambos brazos dejando que ella practicara lo nuevo que había aprendido, masturbando al chico de una muy buena manera a pesar de ser la primera vez que lo hacía.

* ¿Y todo esto me quieres meter?. *

Kaoru preguntó en tono gracioso provocando que ambos rieran entre los labios del otro; los gemidos por parte del ansioso Sanosuke comenzaron a escucharse en toda la habitación

El chico poso sus manos sobre el trasero de la mujer elevándola un poco, y con lentitud, guiando la vagina hasta su pene para dar el siguiente paso.

Tratando de sentar a la chica sobre él, se abrió paso rompiendo la frágil puerta de la niña, haciéndola gemir de dolor y derramar lágrimas.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Entre más me alejo,

más me doy cuenta de que eres querida para mi.

Entre más te busco,

más siento una distancia dolorosa, mi corazón.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Sagara salió momentáneamente del interior de Kamiya, la vio sangrar ligeramente y no le gustó mucho haberle provocado tal dolor, ella le había pedido que no la lastimara y fue lo primero que el le hizo.

Quiso alejarse y no seguir lastimándola más, aun a sabiendas de que ahora que ella era suya, él sufriría si distanciaba sus cuerpos.

Miró a Kaoru y se extrañó al ver una linda sonrisa acompañada por lágrimas sobre su rostro. Le pidió que continuara, lo peor ya había pasado y en verdad quería sentirlo hasta el fondo de su cuerpo.

Sanza dudó... ¿era necesario lastimarla para hacerle el amor?...

* Me duele más que estés lejos de mi cuerpo, de mi, de mi corazón... *

La voz de Kaoru se dejó escuchar, haciendo que Sanosuke volviera a ella. La abrazó fuertemente apretándola lo más posible contra su cuerpo porque no importaba cuan cerca estaba de ella, sentía una gran distancia que lo hacia sufrir.

La recostó y con mucho más cuidado aun, la penetró insistentemente con un ritmo de mete y saca que se prolongó por mucho rato. Se deleitó con los pequeños pechos de la mujer y los disfrutó hasta el cansancio.

El dolor que Kamiya sintiera disminuyó aunque eso no quería decir que fuera inexistente, sin embargo el placer que le provocaba Sanosuke la invadió y fatigó por completo. ¿Cuánto más podía soportar?.

El ritmo de las entradas se aceleró y entre pequeños y cortos contactos entre sus labios se escapaban débiles gemidos por parte de ambos.

El calor del medio día era insoportable de por sí y más aun si el calor que producían sus cuerpos se encerraba en la habitación.

Ambos cuerpos enredados y húmedos por el sudor se tornaban más sexys ante los ojos del otro.

Sagara dio un empujón más hacía el interior de su mujer, empujón que ambos sintieron.

La vagina de Kaoru comenzó a contraerse y aprisionar el pene de Sanza, su respiración se entrecortaba con los suspiros y apenas y podían mantener los ojos abiertos... Jo-chan finalmente estalló en un grito de amor y placer que alcanzó a emitir al llegar a encontrar el éxtasis completo de la relación.

* ¡ Sanosukkeee... !*

Sanza tampoco pudo más y depositó todo su semen en el interior de su Jo-chan.

Kamiya arqueó la espalda durante la plenitud de su placer, placer que no olvidaría y que de ahora en adelante buscaría volver a sentir en él, en Sanosuke.

Sagara por su parte se acostó sobre la mujer; terminó cansado, nunca había puesto tanta energía, ganas y dedicación a hacerle el amor a una mujer, no hasta ahora.

Un último beso tranquilo entre ambos y el silencio y tranquilidad reinaron la habitación por unas horas.

~*~

~*~

~*~

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Dame sonrisas y días brillantes,

dame sonrisas y días agradables.

Si yo pudiera abrazarte con mis brazos...

Cuanto tengo que amarte.

Así mis pensamientos te alcanzarían.

Aunque pienso que es cierto que en mis sueños

yo he sido capaz de decirte...

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Sano salió al rededor de las 5:00 pm del Dojo, tuvo suerte de que nadie llegara cuando estaba con Kaoru... se la pasó de maravillas.

Cuando ya iba varias calles lejos del Dojo, recordó cuando ambos se vistieron y la mujer le sonreía ampliamente, agradecida por como le había hecho el amor; la besó profundamente y se despidieron por esa ocasión.

Después de recordar eso, se detuvo un momento y se dio cuenta de que no le había dicho nada... hicieron mucho pero dijeron poco.

Era increíble que haya sido capaz de acostarse con ella pero no de decirle lo que sentía.

Quizás en otra ocasión, al menos no solo se lo había dicho en sueños como otras veces, al menos en cierta forma, una muy efectiva, le dio a entender lo que quería decirle en realidad.

Aunque a fin de cuentas no dijo ni un tercio de su sentir, de sus sentimientos hacía ella... no dijo ni lo más mínimo.

Quizá después podría hablarle de lo que sentía y no solo decírselo al aire o a él mismo como lo había hecho antes, como lo hizo mientras caminaba en dirección a su casa...

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Aunque te ame al punto de quiebra,

no sería capaz de decirte un tercio de lo que siento.

Puros sentimientos corren y no soy capaz de decirte

"te amo", mi corazón.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Ahora, lo único que quería hacer ahora era dormir, porque vaya que ahora sí tenía un buen motivo para estar cansado y dormir lo que restaba del día y toda la noche... soñando con hacerle el amor de nuevo.

Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por fin lemon, ya con el segundo capítulo terminado junto con la canción. En el siguiente ya no hay más versos.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.

Totalizado el 14 de Diciembre de 2001.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

                                  || Capítulo 3 ||


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3 years ago

1/3 de mis puros sentimientos.Capítulo 1

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Anime: Rurouni Kenshin

Rating: M

Pareja: Sanosuke & Kaoru

Sinopsis: Songfic. Aunque te ame al punto de quiebra, no sería capaz de decirte un tercio de lo que siento. Puros sentimientos corren y no soy capaz de decirte que te amo.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 1 ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

La luz del sol cae sobre el Dojo Kamiya; Kaoru-chan despierta después de una larga y agradable noche de sueños relajadores y de descanso.

Aun algo somnolienta, escucha las risas de Ayame y Susume, quienes juegan con Kenshin como cada mañana.

Por lo regular ella es la primera en levantarse pero esta vez tenia un peculiar cansancio que la había debilitado por completo.

Salió de su habitación y lo primero que escuchó fueron los "saludos" de Yahiko. "¡Qué eres floja?!, es casi medio día y apenas te estas levantando, irresponsable, no tienes nada que hacer?!". Entre otros comentarios.

Otra cosa rara es que Kamiya lo ignoró por completo y solo respondió con un...

* Buenos días Yahiko. *

Pasó de largo sin prestarle mayor atención al chiquillo y dirigiéndose al patio, encontrándose con Kenshin y las niñas.

"Buenos días, te sientes bien?". Palabras que se dejaron escuchar; respondidas con tanta tranquilidad que asustaba.

Otras personas que se encontraban en el Dojo eran Sanosuke y Fox-Lady. Maravilloso, hasta ellos se levantaron antes que ella.

* Vaya, la niña está cansada; no puede con el ritmo de vida de un adulto. No me sorprende. *

Sí, era un día medio normal, tomando en cuenta el agradable saludo de Megumi el día podría considerarse como normal.

Claro que los saludos no terminaron ahí, Takani siguió dando indirectas a Kamiya, hasta que alguien intervino...

* Ella es una chica ingenua y dulce, no como tu, que eres oportunista y experimentada... no dejaré que sigas molestándola. *

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Aunque te ame al punto de quiebra

no sería capaz de decirte un tercio de lo que siento;

puros sentimientos corren y no soy capaz de decirte

"te amo", mi corazón.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Las palabras de Sanosuke, no habían sido escuchadas por vez primera en ese lugar o por todos los presentes.

Ya había dicho algo semejante en ocasiones atrás, especialmente cuando Megumi molestaba sobremanera a Kaoru.

Kamiya le ofreció una ligera sonrisa al muchacho en agradecimiento, sonrisa que de hecho iba a ser correspondida, pero, el joven desvió la mirada, para después soltar una gran carcajada.

* Claro, a menos que no esté yo... puedes molestarla cuanto quieras en mi lugar. *

Justo entonces Kaoru recordó la razón de su cansancio de los últimos días, era cierto, de todos los adultos que vivían en el Dojo, era ella la única que trabajaba y mantenía a duras penas a todos; aunque no se quejaba, lo cierto es que las constantes bromas por parte de sus amigos solo lograban ponerla de mal humor, lo que daba como resultado que estuviera estresada y sin ánimos para hablar con ellos.

Bueno, tampoco podía quejarse, le habían traído tantas alegrías que nada más importaba, por eso mismo y para no explotar, salió un rato del lugar.

* Ja, muy gracioso Sanosuke, pero no lo suficiente. *

Dijo poco antes de salir sin saber siquiera a donde se dirigía. No era extraño, de vez en cuando salía y al poco rato regresaba, igual, sin decir nada.

La joven mujer caminó algún rato por las calles tratando de despejarse un poco; se fue al rio para sentarse en la orilla y pensar... pensar en nada y todo al mismo tiempo.

Las horas pasaron y el atardecer llego al lugar; los pigmentos semi-naranja cubrían el cielo con delgadas nubes cruzándolo, un sol agonizante se desvanecía en el horizonte... ya era momento de regresar a casa y... dormir un poco más, vaya que lo necesitaba, sin razones se encontraba con gran cansancio, quizá era el estrés.

Mientras cruzaba el puente se encontró a dos hombres que le impedían llegar al otro lado.

* A ti te conozco, eres la dueña del Dojo Kamiya. *

Alcanzo a decir uno de los sujetos, el otro se llevó la mano derecha a la cabeza y después de un par de risas, también habló...

* Sí, es cierto, dicen que no hay hombre capaz de domarte, mujer. *

Ambos individuos sonrieron maliciosamente; esa estúpida sonrisa que cruzaba sus desagradables rostros decía más de lo que mil palabras pudieran explicar. Esos depravados querían algo de Kaoru, algo no muy decente por la forma en que clavaban sus miradas en el cuerpo de la mujer.

Kaoru ni se inmutó, ni sorprendió con las insultantes miradas sobre su cuerpo, sencillamente quiso pasarlos de largo sin armar un escándalo y ya, pero no pudo; uno de esos hombres le sujetó el brazo izquierdo, impidiéndole dar un solo paso. Carcajadas por parte de ellos resonaron por todo el lugar; un brillo de lujuria se hizo característico en los ojos de los mismos... Kaoru-chan comenzaba a asustarse, en esos momentos vestía un kimono por lo que no había pensado en portar su espada de bambú, y para colmo esos dos traían con sigo espadas; de seguro ningún miembro de la policía los había visto hasta esos momentos.

Uno de ellos haló a la chica para que estuviera más cerca de él y poder comenzar con su "jueguito".

Las pupilas de la muchacha se contrajeron al imaginarse las negras intenciones de sus atacantes. Kamiya interpuso sus manos entre su cuerpo y aquel individuo.

Maldición !!, tenía que admitirlo, su fuerza física no era suficiente como para oponerse a esos pervertidos.

La chica estaba al borde de la desesperación, cuando...

* No quiero ver sus asquerosas manos sobre el cuerpo de ella, así que suéltenla. *

Aquella voz juvenil hizo que el corazón de Kaoru diera todo un vuelco.

Escuchar a Sagara la hizo sentirse aliviada; la aceleración que sufriera su corazón ante el temor de sufrir se detuvo repentinamente ante el alivio de sentirse segura.

Ahí estaba Sanza, con ambas manos en los bolsillos de los pantalones y mirando con desprecio a esos locos. Un aire frío se dejo sentir en el puente para dar paso a más y más nubes que comenzaban a cubrir el cielo para teñirlo de gris.

En poco tiempo el cielo indicaba que dejaría caer una fuerte lluvia; así pues al caer la primera gota, Sano se lanzó al ataque en contra de esos sujetos, quienes desenfundaron sus espadas, atacando a Sagara al unísono.

A pesar de que estaban armados, Sanosuke los evadió con facilidad para poco después propinarles varios golpes certeros que los dejaron inconscientes.

Para entonces la lluvia ya había comenzado; los atacantes yacían sin conocimiento en el suelo.

Mientras, el chico de cabello rebelde se giraba para ver a Kaoru; ella parecía tener la mirada perdida, permanecía estática en medio del puente, empapada y con el agua cayendo insistentemente sobre ella.

Sano se le acercó y al estar frente a frente la chica pareció salir de su trance para mirarlo a los ojos. El muchacho solo le sonrió ligeramente, ella... se lanzo llorando a sus brazos, no solo por lo ocurrido sino también por su estado de ánimo de los últimos días, el Dojo, Megumi... todo, ya no aguantó más y explotó en un inconsolable llanto que Sanosuke no supo como detener; solo pudo abrazarla y dejarla desahogarse.

* Anda, regresemos que ya es tarde y seguro nos enfermaremos con esta lluvia. *

Al decir esto, la soltó; Kaoru no supo explicarse porque pero cuando el se alejo sintió un gran frío recorrer todo su cuerpo, un fuerte y punzante frío; se abrazó a sí misma para tratar de contrarrestar esa sensación pero no sirvió de mucho.

Al darse cuenta, Sagara se quitó la camisa para dársela a ella; como Kaoru ni se inmutó y solo se le quedó mirando, el mismo se la puso al rededor de la espalda.

* Anda, que todos se han de preguntar donde estás. *

Kamiya afirmó con la cabeza y ambos se dirigieron al Dojo. Ella aun temblaba; el muchacho no sabía si se debía a lo ocurrido o a la copiosa lluvia que caía sobre Tokio y que por consiguiente provocaba que sus cuerpos tuviesen frío.

Sano quería hacerla sentir mejor, bien sabia que lo que tuvo que soportar con esos locos fue demasiado desagradable. Por eso puso su brazo derecho al rededor de la chica, tratando de decirle que ya estaba bien, no debía preocuparse más... él la protegería y no permitiría que le hiciesen daño.

La chica bajó la mirada para ver como se destrozaban las gotas de agua al estrellarse en el suelo, y también para ocultar el ardor de sus mejillas... sonrojada, solo por un "abrazo".

Durante el camino, no pronunciaron una sola palabra; la tensión era incomoda pero así se mantuvieron hasta llegar.

Al entrar al Dojo se encontraron con Kenshin, quien preguntó si se encontraban bien pues ya era algo tarde y además andaban quien sabe donde con esa lluvia. Lo más sospechoso era ver que Kaoru-dono trajera la camisa del guerrero cubriéndola del frío.

* Descuida Kenshin, estuve jugando a la guerra con unos tipos, luego me encontré a Jo-chan camino acá, la lluvia nos sorprendió y no pudimos llegar más temprano. *

* Si así fue... que bien que no les pasó nada, verdad Kaoru. *

Kamiya no respondió, estaba ocupada en sus propios pensamientos hasta había dejado de disimular el rojo de sus mejillas; dijo buenas noches y se retiró a su habitación sin decir más ante las miradas curiosas de Kenshin y Sanosuke.

* ¿Acaso le pasa algo malo?.*

Preguntó el samurai, rogando por una respuesta negativa.

* No, solo debe estar cansada, no te preocupes. *

Decía el chico alto mientras salía del lugar, acompañado de la mirada del pelirrojo, que se había percatado de su rara actitud.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

En las largas noches de insomnio

mis pensamientos hacia ti murmuran "eso es amor".

Los temblorosos latidos de mi corazón,

que hablan incesantemente,

cambian a suspiros mezclados

con un alta fiebre.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Sagara caminaba por las calles camino a su casa, con la lluvia a mediana fuerza cayendo sobre la ciudad; solo quería dormir, esta... ¿cómo decirlo?, aburrido, cansado.

Así pues, al llegar a su casa se recostó y trató de dormir... pero no pudo. Se pasó gran parte de la noche tratando de conciliar el sueño pero no podía.

La misma razón de siempre... ella, la niña que de una u otra forma se apoderaba por completo de sus pensamientos, pero desde esa tarde sin saber porque, cada vez que su rostro volvía a su mente un desesperante pero agradable cosquilleo surgía en su pecho y los latidos de su corazón aumentaban en velocidad... ¿qué demonios era?.

Esa noche no pudo dormir en lo absoluto. Se sentía acalorado, con grandes deseos de que la tortura de la noche terminara; y como una brisa que refrescaba su extraña fiebre, el rostro de Kaoru Kamiya regresaba fugazmente a sus pensamientos haciendo que sus pupilas se dilataran ante la extraña sensación de recordarla; luego la mujer volvió a aparecer en su mente con ese rubor delicado que cubría sus mejillas, la mirada clavada en el, su cuerpo empapado... su cabello rendido ante la lluvia que escurría por su rostro. Y por supuesto, el kimono pegado a su frágil cuerpo debido a la lluvia.

Esa imagen la había podido contemplar por la tarde y la verdad es que... le agradaba mucho.

Y entre tantas dudas que invadían la mente de Sanosuke, una que parecía ser la más importante y fuerte de todas logró salir del interior del chico, en forma de palabras, pregunta... quizás afirmación.

* ¿La amo?.*

La noche siguió sin dar cabida a una respuesta segura para aquella pregunta. Torturando así al muchacho, que no entendía bien lo que estaba pasando o lo que estaba sintiendo.

Los rayos del sol alumbraban las calles de Tokio.

Por primera vez en mucho tiempo Sanosuke Sagara se había levantado más o menos temprano, para él, permanecer un rato más en al cama hubiera sido tortura; se encontraba más cansado, era uno de esos días en que el cuerpo sin razón alguna, no tienen fuerzas ni para andar a pie unos minutos.

Se dirigió al Dojo, necesitaba comer y obviamente ahí podía conseguir comida gratis, también estaba la opción del Akabeko pero tenía la necesidad de ver a Jo-chan, aunque su comida no fuera igual de buena, se conformaría con verla.

~*~

~*~

~*~

Sano entró al Dojo, ya ni siquiera necesitaba tocar la puerta principal o ser invitado; de hecho nunca fue necesario, nunca pidió permiso el solo entraba y ya.

Se quedó parado en el pasillo que daba al jardín del lugar, saludó esperando que alguien le contestara; por unos momentos pareció que nadie se encontraba ahí, hasta que escuchó su voz...

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Dame sonrisas y días brillantes

con tu sonrisa.

Luego hasta el frío de la noche helada

sería bueno y yo lo aguantaría.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Kaoru lo saludó con más ánimos que el día anterior; la resplandeciente sonrisa que la caracterizaba estaba en su rostro, eso la hacía verse un millón de veces más linda que con los ojos distantes y la mirada triste... aunque aun así era muy linda.

* Vaya Sanosuke no esperaba verte hoy. Creo que últimamente vienes a visitarnos más seguido. *

Sagara no contestó, no articuló palabra o sonido alguno, solo la miraba atento; no estaba sonrojado, ni nervioso... tan solo sumergido en los profundos ojos de la mujer.

Kaoru no entendía nada; Sano no era tan callado, si había algo importante que decir, o algo estúpido daba igual, el lo decía sin mayor problema.

Creyendo que no era importante, tomó a Sanza por el brazo derecho y....

* Déjame adivinar... ¿Quieres desayunar?. *

Le decía la chica mientras lo invitaba al interior de la casa, sacándolo por completo de su trance y sumergiéndolo inmediatamente en otro más profundo aun.

* Vamos, a estas alturas me sorprende que esperes a ser invitado... nunca lo haces. *

Seguía diciendo mientras servía ramen. Sus movimientos eran seguidos con amplia precisión por los ojos del luchador; y a diferencia de la gran mayoría de las veces, siempre !, en que la comida es servida, Sagara no "atacó" al instante... tenía la mirada baja ahora esperando una reacción por parte de Kamiya.

Cuando la niña se dio cuenta de que el tazón del chico seguía intacto se atrevió a preguntar si algo le preocupaba ya que estaba realmente extraño esa mañana; a lo que Sanosuke contestó:

* Jo-chan... quiero hablar contigo es de algo que, que me inquieta y que en verdad es importante. *

Las palabras dejaron a la chica algo pensativa. ¿Qué podría ser tan importante para Sagara?; si el por lo regular no le da gran importancia a las cosas.

Kaoru aun sostenía el tazón; se encontraba entre confusa y tranquila, quizás no era nada, solo... deseos de hablar.

Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Las canciones de Rurouni Kenshin son las únicas que pueden competir contra las de Escaflowne, según yo.

Por eso me decidí a hacer mi primer songfic, que por cierto este primer capítulo no tiene nada de hentai, a lo más "perverso" que llegué fue a dar insinuaciones de un intento de violación, pero no pasó a mayores.

Para los siguientes dos capítulos sí habrá hentai 7w7.

Solo puse los primeros tres versos de esta canción, los demás vienen en el siguiente capítulo.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.

Totalizado el 14 de Diciembre de 2001.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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                                  || Capítulo 2 ||


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3 years ago

Porque me pertenece. --Capítulo 1--

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Hao & Anna

Sinopsis: Ella simplemente ha nacido para él, para Hao. Está destinada a él, porque le pertenece, siempre fue así... porque él la ama.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai

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.:: Capítulo 1: “Boda frustrada” ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*  

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* ¿Dónde demonios estoy?. *

Aquellas desconcertadas palabras salieron de su boca.

Recién había despertado y lo había hecho en lugar totalmente distinto al último que vio. Examinó todo a su alrededor, se encontraba en una habitación algo grande, alfombrada de color vino.

Se llevó las manos a la cabeza; sentía un molesto dolor. Entonces se miró a si misma, aun conservaba aquel vestido blanco...

* Es cierto. *    _Recordó._    * Mi vestido de novia. *

Se sentó, abrazando su vestido y sus rodillas.

Intentaba recordar los últimos acontecimientos antes de quedar inconsciente.

~*~

~*~

~*~

Permanecía sentada en el interior de una lujosa limusina, que se encontraba estacionada frente a una iglesia. La rubia sólo esperaba el momento indicado para salir.

 Buscó entre los invitados, descubriendo a un nervioso Yoh mirar en todas direcciones una y otra vez, y cada cinco segundos directo a la limusina. Ella sonrió, debía haber bajado al menos quince minutos antes pero quería hacerle sufrir un rato. Sólo unos minutos pasaron cuando finalmente salió de su “escondite”, mostrando su imponente presencia. Se sabia hermosa, aunque ahora más que de costumbre.

No era vanidad, simplemente puso atención a la forma en que Yoh la miraba, nada fuera de lo normal excepto por el hecho de que él no podía cerrar la boca.

 Luego observó a los demás, y ver la misma expresión de su prometido en los rostros de algunos de sus amigos, la hizo sonreír de forma traviesa.

 * Cierra esa boca, Horo Horo. *

Le dijo al shaman de hielo.

 No podía creer que “él” la estuviese mirando de esa manera. Ante las palabras de la itako, el joven se rascó un poco la cabeza; es que él nunca creyó que ella fuera tan linda. Y bueno, quiso decírselo antes de que se casara con su amigo.

 * T-te ves muy linda !!... Anna. *

Ella pareció sorprenderse; no se esperaba un halago por parte de un chico tan... ¿odioso?.

 En fin, él tampoco se esperaba que la chica le sonriera levemente como respuesta a dicho halago; una sonrisa que tan sólo realzó la belleza de la itako.

 * Arigatou. *

Apenas y logró escuchar el susurro de la sacerdotisa, ella se alejó para “encontrarse” al fin con su futuro esposo.

* Oye, Len. *

* ¿Qué quieres?. *

* Crees que haya alguna otra chica como ella entre los shamanes??. *

El joven chino suspiró. ¿Cómo se le ocurría a su amigo percatarse de cuán maravillosa y bella era la rubia, hasta estas alturas?.

Tao se giró para ver a una pelirrosa que los miraba desde hace rato. Tamao era lo más cercano a lo que su amigo pedía, sólo faltaba que el ainu se diera cuenta.

* Tal vez. *

  Por otro lado, los novios estaban a un par de metros de distancia. Él no podía dejar de mirarla, ya quería que fuese su esposa. Conforme ella se acercaba, el rojo en el rostro del shaman aumentaba.

 Al fin frente a frente, a escaso medio metro de distancia el uno del otro. Pudo admirar esa bella y pequeña sonrisa que la itako le dedicaba a él, a Yoh Asakura.

Él la amaba tanto, y en ese momento sólo deseaba tomar su fina y pequeña mano para entrar juntos al recinto. Así que le ofreció la mano, pero cuando ella iba a estrecharla, algo sucedió....

 Fueron separados por insistentes flamas de fuego que repentinamente se les interpusieron. La fría mirada de la joven se volvió incrédula ante lo que sus ojos veían.

 * Yoh, ¿qué está pasando?. *

* No lo sé. *

 El joven notó la incertidumbre en las palabras de su prometida; quería tranquilizarla, pero él estaba tan confundido como ella.

 * Yo les diré lo que pasa. *

La voz era inconfundible, y el fuego en el lugar era una clara pista.

¿Cómo no se dio cuenta antes?.

 * ¡ Hao !. *

El nombre de su hermano escapó de sus labios. No quería ni pensar en las razones por las que él se había presentado en su boda.

 * Vine por lo que es mío. *

Al escuchar las palabras del amo del fuego, los amigos del novio se apresuraron a protegerlo.

 Debía venir por su alma, cual demonio en busca de condenados. Yoh estaba resguardado por sus amigos; no era lo que deseaba para su boda, pero sin duda pelearía.

 Esperaban ser atacados por el joven de largos cabellos cuando este se lanzó dispuesto a todo... pero no precisamente contra los shamanes. Hao fue directamente hacia la sacerdotisa, a la cual sorprendió al descender detrás de ella.

Anna quiso girarse y enfrentarlo, pero después de eso no supo más....

 El shaman la había golpeado ligeramente en la nuca, dejándola inconsciente. La sostuvo entre sus brazos; tan cerca de ella, bien podía admirar su belleza de forma atenta.

 * No te atrevas a hacerle daño, Hao. *

* ¿Hacerle daño?... sólo vine por ella... *

 Las amenazas de los demás poco le importaban; la miraba sin hacer verdadero caso a las palabras de los presentes.

* ... Porque me pertenece. *

 El shaman observó a su hermano menor mientras sostenía de la cintura, sólo con una mano, a la joven, lo hacia de forma posesiva y desvergonzada. Una pequeña llama apareció en su mano izquierda, y de pronto todo el lugar ardía en fuego.

Entre la confusión, pudo escabullirse con Anna entre sus brazos; alejándose de forma inmediata gracias al espíritu de fuego.

¿Cómo pudo dejar que eso pasara?. Se habían llevado a su novia frente a sus propios ojos, y de la forma más sencilla.

Ni gritar su nombre de forma frustrada, ni golpear enfurecido al concreto, podría devolvérsela ahora.

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La joven suspiró aun sentada sobre la enorme cama.

¿Cómo podía estarle pasando esto?. Ser la victima no le era nada agradable.

 * Espero te sientas cómoda en tu nueva habitación. *

La expresión de la itako se tornó sorprendida. Ni siquiera sintió que él entrara a la alcoba.

 * ¿Qué es lo que quieres?. *

Anna retrocedió un poco al ver al shaman.

¿Qué pretendía?, cuáles eran sus intenciones?. Quizás ella era lo que necesitaba para lastimar a Yoh de alguna manera.

 * ¡ A ti !... Anna. *

Las palabras del joven de castaños cabellos le demostraron cuán erradas eran sus suposiciones.

Su maliciosa sonrisa la hizo temblar. Y con esa penetrante mirada encima de ella, ya comenzaba a imaginarse las lujuriosas intenciones de Hao.

   Sin finalizar.

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Bueno, como pudieron notar, no resistí escribir un par de situaciones entre Horo Horo y Anna. Y aunque al principio doy dos posibles parejas para este fic, es la última, HxA, en quienes se enfoca la historia.

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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”

Totalizado el 12 de febrero de 2004.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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                                       || Capítulo 2 ||


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